La Chica De La Bicicleta (Juliantina)

Capítulo 41

Capítulo 41

Juliana estaba lavándose las manos en el lavabo, frente al espejo sonriendo para ella misma como tonta, pensado en Valentina y lo vulnerable que era ante ella y sus caricias, termino de lavar sus manos y jalo el papel para secarlas, arrojó el papel al basurero cuando escuchó un estruendo en la puerta de entrada

Camino con cuidado para ver de qué se trataba y en eso vio entrar a Eiza, con las manos en el estómago y doblada de dolor, la miro y no supo qué hacer si acercarse a ayudarla o irse y dejarla ahí, pero no pudo dejarla así la vio que estaba muy mal así que se acercó a ella y le pregunto.

- ¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal? ¿Puedo ayudarte en algo?

- Que te importa, lárgate Auch, auch, que te largues, que no entiendes, Auch auch, lárgate.

Juliana no dijo nada y se dio media vuelta para irse no muy convencida de dejarla así, casi llegaba a la puerta cuando escuchó un estruendo y un grito, volvió inmediatamente y vio a Eiza tirada en el suelo, junto al bote de basura tirado y ella retorciéndose de dolor.

Juliana se inclinó para ayudarla e intentar levantarla, pero Eiza no se lo permitió al zafarse fuertemente del agarré

- No me toques, lárgate, aaaaaaauucchhh duele mucho - gritó

Juliana intentando nuevamente levantarla y la sujeto fuertemente, está vez Eiza no le rechazo la ayuda, Juliana la sentó, la observó y rápido intento levantarla pero Eiza se quejaba mucho

- Tenemos que llevarte a la enfermería - le dijo Juliana preocupada

- No, no quiero ya se me va a pasar - volvió a quejarse fuertemente

- Tienes que ir a qué te revisen, puede ser algo grave, como apendicitis - dijo Juliana, intentado ponerla de pie.

- No quiero ir a enfermería - replico Eiza comenzado a llorar - quiero irme a mi casa, ayúdame a irme ¿Si?

Juliana no muy convencida asintió, la levantó y la sujeto por la cintura, Eiza la abrazo por el cuello, y caminaron lentamente, a la salida del bañó

Eiza miraba a Juliana, lo bonita que era, sus bellas facciones, sus ojos, su nariz, sus labios y su bello mentón, con esa pequeña partida que la hacía ver tan distinta y hermosa.

Juliana volteó a mirarla y Eiza volvió a doblarse de dolor, agachándose para que Juliana no la descubriera que la estaba contemplado.

Llegaron al patio principal, Juliana la sujetó más fuerte, con ambos brazo, rodeándola por la cintura, Eiza se abrazó más a ella, y escondió su rostro en el cuello de Juliana, disfrutando del exquisito aroma que despedía la hermana pelinegra

Ya en el estacionamiento, Juliana la recargo en un auto y se puso frente a ella, Eiza seguía con las manos en su estómago un poco inclinada y quejándose. Juliana le levantó la cara suavemente

- ¿Traes auto? ¿Cuál es? - pregunto para acercarla a él.

Eiza la miro a los ojos "que bonitos ojos tienes maldita, tan llenos de paz y de luz" pensó

- No, no traigo auto - al fin respondió luego de salir de su ensimismamiento - hoy me trajo el chófer

- ¿Y entonces como le hacemos? yo no tengo auto

Eiza volvió a quejarse fuertemente y se dobló de dolor, Juliana se acercó nuevamente y la volvió a sujetar de la cintura, ayudándola a enderezarse

- Hey ya tranquila, ahorita pido un Uber para que te lleve ¿Si? - saco su celular y marco rápidamente, hablo unos segundos y volvió a guardar su teléfono - ven, vamos a la salida llega en quince.