~ Capítulo 23 ~

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Diecisiete años atrás

— Omma, ¿Por qué los bebés se enferman mucho? —Un Jimin de cinco años se encontraba sentado en el suelo junto a su madre y Rose quien tenía tres años. La niña era muy apegada a su madre, pero no tanto como su hermano, aquella casa siempre estaba ordenada, limpia y con un olor agradable, aunque al pequeño Jimin de cinco años le encantaban el olor a galletas recién horneada.

— Porque son pequeños—la señora Park tenía su cabello corto sobre los hombros, su camisa estaba algo sucia por haber estado todo el día en la cocina y cuidando de Rose quien salía de la fiebre, la niña comía con entusiasmo y eso le calmaba de sobremanera—Los bebés necesitan muchos cuidados, Jiminie.

— Por eso no me enfermo, porque soy un niño grande, ¿Verdad?

— Eso sí es cierto—besó sus mejillas regordetas haciéndole cosquillas.

— Omma, ¿Puedes contarnos un cuento antes de dormir?

— ¡Sí! —Rose aplaudió riendo— ¡Cuento! ¡Cuento!

— Sólo si se comen toda la cena—los miró—Necesitan comer para estar fuertes, luego cepillarán sus dientes e irán a la cama, mañana tienes escuela, Jiminie.

— No me gusta la escuela, bueno sí, pero...son las niñas que me siguen—comentó sorprendiendo a su madre.

— ¿Las niñas?

— Sí, dicen que soy muy lindo e insisten en besarme—arrugó la nariz—Omma, sólo tú puedes llenarme de besitos.

La mujer rio enternecida por eso, si algo amaba y adoraba en todo el mundo eran sus hijos. Esos dos pequeños revoltosos, Jimin siempre era un caballero con todos, le encantaba ayudar a su madre en lo que fuera y también proteger a su hermana. Los tres eran felices juntos, pero...existía un problema.

Más tarde esa noche, Jimin despertó con la garganta seca, Rose estaba echa una bolita a su lado, ambos hermanos dormían juntos en aquella cama, la habitación estaba decorada con dibujos que ambos hacían y con algunos cuadros infantiles. El pequeño Jimin de cinco años caminó descalzo por aquel pasillo, restregó sus ojitos bostezando, pero se detuvo en el primer escalón.

¿Eran sollozos los que estaba escuchando?

Perdiendo el sueño poco a poco bajó despacio, esa voz masculina la reconocía, era su padre. En la sala estaba su madre de pie a un lado del sofá mirando al suelo, la mujer temblaba y tenía sus manos convertidas en puños, Jimin conocía esa reacción en su madre.

Su padre, un hombre de estatura mediana, piel algo pálida, ojos negros como la misma noche y cabello del mismo color intimidaban a cualquiera, Jimin nunca lo había visto sonreír, siempre se quejaba o reprochaba algo. En pocas palabras, Jimin a pesar de tenerle miedo, lo detestaba.

— ¿Y bien? ¿No vas a decirme la importante noticia que dijiste en la llamada? —preguntó mientras comía y bebía su cerveza, su corbata estaba desatada, su saco estaba a un costado dejando expuesta su camisa blanca de botones, era delgado pero fuerte cuando le convenía.

Jimin se sentó en el escalón mirando la escena.

— Ah...YiHyun, me...llamaron de...

— Súbele un poco de volumen al televisor, no he visto el partido por el maldito trabajo de mierda—ordenó masticando como un cerdo.

ChaeMin, la madre de Jimin tomó el control remoto obedeciendo situándose de pie junto a su esposo, no podía hacer nada a menos que él lo ordenara o le diera su permiso. Ella también le tenía miedo.

Promise [PJM] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora