— Si no quieres volver a reprobar tendrás que leer ese libro. —susurró Nina mientras su mano no dejaba de escribir sobre el pergamino que ya se encontraba casi lleno ante la rapidez con la que escribía el ensayo.

— ¿Cómo se supone que aprobaste?

— Neville me ayudó. —respondió.

— Imposible, estamos mucho más avanzados que él.

— Aprendí que puede ser malo en todo, pero es excelente en Herbología.

— ¡Pero estamos mucho más avanzados! —chilló sin poder creer las palabras que salieron de su amiga, Nina bajó la pluma lentamente y observó a Caitlin.

— Es excelente en Herbología. —repitió— Pero si necesitas ayuda puedes decirle a Luca, también es bueno.

— Imposible concentrarme con él.

— Entonces pídele a Margo, tuvo extraordinario en su TIMO y es de las pocas que decide hacer su ÉXTASIS de Herbología.

— Es cierto. —susurró para que segundos después tomara sus cosas y salir corriendo de la biblioteca, siendo reprendida por las pocas personas ahí ante la acción.

Nina no pudo evitar reír ante la acción, volvió a tomar su pluma y agarrando otro pergamino volvió a concentrarse en su ensayo, pero el papel dejó de contener aquella elegante letra y en su lugar se acentuaron unos trazos que a medida que el tiempo avanzaba iban tomando la forma de un encapuchado con alas, quién pasaba cerca de la Gryffindor solo podía observar con curiosidad y asombro ante el dibujo tan detallado que se plasmaba en el pergamino pero cuando el golpe en la mesa llamó la atención de la dibujante todo cambio.

— Lindo dibujo. —alagó Ezra mientras su mirada escaneaba cada detalle del dibujo— ¿Qué es?

— No lo sé. —susurró sin poder dejar de mirar con el ceño fruncido el dibujo, cerró momentáneamente los ojos intentando escuchar alguna voz, pero todo estaba en silencio.

— Parece alguna estatua de cementerio.

— ¿Qué? —la mirada de Nina se desvió del dibujo hacia el Slytherin.

— Mi abuela materna fue enterrada en la cripta familiar que posee un ángel en su entrada. —explicó a la vez que su dedo señalaba las alas y al encapuchado— Parece algo que estaría en un cementerio. Sé que no es una gran respuesta, pero supongo que sirve de algo.

— Un cementerio. —susurró para luego hacer lo mismo que Caitlin hizo hace unos minutos atrás, tomar sus cosas y salir corriendo hacia la otra punta del castillo, para ser más exactas hacia la torre de Gryffindor.

Sus piernas se movieron con rapidez a la vez que recibía algunos insultos por parte de quienes empujó, pero poco le importó aquello, mucho menos cuando el retrato de la dama gorda estuvo frente a ella, en su cabeza solo estaba la imagen de uno de los dibujos que en su momento de inconciencia realizó, la puerta de la habitación fue abierta e ignorando a su compañera se acercó hacia el baúl frente a su cama, sus manos rebuscaron con rapidez el papel arrugado al fondo.

Varias siluetas sin rasgos estaban retratadas, pero lo que más llamó la atención fue la figura de un ángel en la parte de atrás, era el mismo encapuchado con alas. Un gruñido de frustración inundó la habitación.

— ¿Estás bien? —preguntó Eva.

— Necesito aire. —respondió mientras se levantaba del suelo y salía de la habitación dando un portazo, exaltando no solo a Eva sino también a todo el lugar, por lo que no fue una sorpresa que más de una mirada se posara en ella con curiosidad, pero sólo uno obtuvo las agallas para levantarse y saciar la curiosidad.

— Sabía que fuiste tú, pequeña Nina. —dijo Fred con una sonrisa divertida en el rostro.

— ¿Soy muy obvia?

— A veces. —respondió y ella rio para luego seguir con su camino, atravesó el retrato siendo seguida por el pelirrojo— ¿Qué te atormenta?

— Todo esto. —respondió señalando su cabeza— No entiendo lo que quieren decir, solo hablan y hablan, pero todo es confuso, incluso cuando te lo muestran sigue siendo difícil.

— Pensé que era cuestión de tiempo.

— Y lo es, al menos eso quiero creer. —murmuró mientras se detenía en medio del pasillo— Pero no puedo esperar, no puedo aceptar la idea de que vea cosas antes de que sucedan, pero no pueda hacer nada para ayudar, no quiero quedarme de brazos cruzados y ver cómo todos mueren o salen heridos.

— No siempre vas a poder salvar a todos. —murmuró. Nina observó a Fred y comenzó a llorar sorprendiendo al pelirrojo ante la inusual acción, los brazos de Fred la atrajeron y dejó que llorara.

— N-no es justo. —dijo entre lágrimas y con la voz entrecortada, Fred seguía acariciando su cabello, pero ella lo apartó y comenzó a caminar de un lado para otro— Sé que puedo ayudar, pero las voces no me dejan, no es tan fácil como lo tiene Joshepine, yo tengo miles de voces hablando al mismo tiempo y... Mojé tu suéter. —susurró antes de comenzar a llorar otra vez, Fred rio suavemente— No es gracioso.

— Ven aquí. —susurró y Nina se lanzó otra vez al cuerpo de Fred, las lágrimas siguieron cayendo de sus ojos por varios minutos más hasta que Fred sintió como lentamente los sollozos iban deteniéndose hasta que estuvo calmada.

Lentamente la alejó, los pulgares de Fred limpiaron el rastro de lágrimas y sonrió con ternura.

— ¿Tan mal me veo para que tengas esa sonrisa? —preguntó Nina en un susurro.

— Te ves horrible. —respondió de la misma manera ganándose una sonrisa y golpe por parte de la contraria, pero la verdad era que para él era todo lo contrario a lo que dijo, Nina jamás podría verse mal ante los ojos de Fred Weasley.

Silhouette [1] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora