Capítulo 3

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—Kara, te dije antes de las doce —gritó enfurecida.

—Lo sé, lo siento, te prometo que estaré ahí en breves... —se disculpó la rubia.

—Promesas. Promesas que rompes. Y encima tienes un récord: promesas que rompes día tras día.

—Tienes razón, Lena. Te lo compensaré.

—Dios, soy el mayor pagafantas del mundo —murmuró.

—¿Qué? —preguntó Supergirl -pero la había escuchado y se estaba haciendo la tonta-.

—Que cuando termines, vengas. No pienso dormir otra vez en el sofá —y colgó con brusquedad.

El ladrido del perro le sacó del trance enfurecido. Y ladró y ladró. Más y más. Lena fue hacia él corriendo para acariciarle. Por un momento se preocupó; vaya a ser que la comida que trajo Kara le había sentado mal. Pero lo hizo por Lena para que calmase su rabia.

Pasó una hora y Kara apareció por su balcón. Las una de la mañana. Llamó a la pelinegra, pero solo el perro fue hacia él. Lo acarició con rapidez y se levantó usando sus rayos x. Percibió que la menor de los Luthor's se había quedado dormida en el sofá.

Llegó hasta ella y se quedó parada a su lado. Se puso en cuclillas que acabó su cabeza a la altura de la suya. Acarició nuevamente a Krypto y volteó la mirada para sonreírle a la pelinegra. Vio su rostro angelical; trasmitía paz. Y se quedó contemplando y pensando en todo. Los años que habían pasado junto a ella y como han llegado juntas hasta ahora. Y eso era: hasta ahora. Eso le hizo entristecer porque ya no eran amigas o eso se suponía.

Frunció el ceño al pensar en eso último. Si no eran amigas, ¿por qué le estaba ayudando con el tema del perro? Pensó que era por Krypto, pero desde el primer momento -aunque obligada-, Lena lo aceptó. Y si sus ojos no le engañaban, sabía que también se moría por esa ricura.

Un gemido hizo que la rubia moviera su cara hacia la pelinegra. Y su respiración se cortó por un segundo. No se esperaba que sus rostros estuvieran tan cerca que con un empujoncito de nada podrían tocarse la nariz. Los ojos de Lena se abrieron poco a poco y vio a Kara en primer plano que hizo que se sobresaltase.

—¡Jesús, que susto!

—¡Lo siento!

Se disculpó Kara echándose hacia atrás que tuvo la mala suerte de pillar la cola de Krypto. El perro gritó como si lo estuvieran torturando y Lena saltó sobresaltada del sofá con la mala suerte de caer encima de Kara. Se miraron por un momento y luego Lena se centró y se sentó a horcajadas encima del regazo de la heroína. Atrajo a Krypto y empezó a murmurar y acariciarle para tranquilizarlo. Y por primera vez, Kara no escuchó nada.

Parecía que tenía el oído distorsionado o que todo sucedía tan rápido que no le dio tiempo a procesarlo. Lena se levantó con el cachorro en los brazos, meciéndole de un lado a otro como si fuera un bebé. Y Kara no podía dejar de mirar el culo de la CEO. Se sintió tan avergonzada que se tapó la boca y clavó la mirada al suelo.

—Kara... —le llamó por tercera vez.

—¿Sí?

—No pasa nada, Krypto está bien —hizo que esas palabras la rubia frunciera el ceño—. Es que te noto como culpable —sonrió hacia el pequeño—, pero está otra vez coleando, ¿ves?

Lena le mostró al pequeño con felicidad. Y esa imagen quedó guardada en Kara para el resto de su vida en su corazón. Kara se mordió el labio para ocultar su sonrisa. Algo en ella había despertado y fue por la menor de la Luthor. ¿Cómo sería Lena con un bebé?

Una pareja de tres | Supercorp AUМесто, где живут истории. Откройте их для себя