Natalia y Alba están muy felices juntas pero esta última recibe cierta información que la hará desconfiar de su chica.
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Narra Alba
-Nat.- Regañé a mi novia que estaba muy entretenida besando mi espalda desnuda haciendo que me revolviera entre las sábanas.
La morena simplemente soltó una risilla antes de continuar besando los lunares de mi espalda. Suspiré complacida por las caricias que estaba dejando mi chica en mi espalda. Podría jurar que volvería a dormirme si Nat seguía en ese plan.
Los besos de mi novia comenzaron a subir por mi columna en dirección ascendente. Sus besos se trasladaron a mi cuello y posteriormente, a mi oído. Jugó con el lóbulo de mi oreja y antes de hablar de dio en suave mordico.
-Mi amor.- Susurró pasando su mano por mi cadera.- Tenemos que levantarnos ya mi vida.- Murmuró sin dejar de acariciar mi piel.
-No Nat.- Me quejé con un puchero en los labios.- Aún es muy temprano amor, vamos a quedarnos un ratito más en la cama.- Le pedí girándome para acurrucándome en su pecho y esconder mi rostro en él.
-Nada en el mundo me gustaría más que quedarme en la cama contigo Albi.- Me dijo besando repetidas veces mi cabeza.- Pero como no nos levantemos ya tanto tú como yo vamos a llegar tarde a clase.- Me recordó haciendo que bufara.
-Joder, no tengo ningunas ganas de ir a clase hoy.- Me quejé abrazándome con más fuerza a mi novia.- Secuestrame por favor, vamos a quedarnos en tu casa todo el día.- Le pedí mirándola con unos ojitos, sabía que si la miraba así había una posibilidad de que hiciera caso.
-De eso nada Albi.- Dijo tajantemente.- No voy a permitir que faltes a clases y menos estando la selectividad a la vuelta de la esquina cariño.- Me dijo separando un poco su cuerpo del mío para poder levantarse.
Pude observar como Nat se levantaba de la cama desnuda y se metía en el baño. Pude oír el sonido de la ducha y supe que la morena se estaba duchando. Me acomodé mejor entre sus sábanas y me abracé a su almohada con la intención de dormir un poco más. Sin embargo, la paz me duró poco pues el cuerpo de una persona que conocía muy bien se abalanzó sobre mí.
-¡Natalia!- Exclamé un poco enfadada por lo que acababa de hacer. Ella soltó una carcajada sentándose en mi espalda.
-Albi venga.- Me insistió una vez más.- Como tu hermano se entere de que no has ido a clase por mi culpa me va a matar.- El tono dramático que utilizó para decir eso me causó una carcajada.- Y querrás quedarte sin novia, ¿no?- Susurró echándose un poco encima de mí y hablándome al oído.
-Pues claro que no quiero quedarme sin novia.- Dije girándome en la cama para quedar acostada boca arriba. Me mordí el labio al ver a mi chica enfundada con tan solo un albornoz blanco.- Estás muy guapa.- Dije pasando mis brazos alrededor de su cuello.
-Tú si que estás guapa rubia.- Me guiñó un ojo de manera divertida antes de bajar un poco y darme un besito en los labios.- Te amo reina.- Susurró sobre mis labios haciéndome sonreír ampliamente.
-Yo más cielo.- Le dije rozando nuestras narices haciéndola sonreír con fuerza.
Nos dimos un par de besos más hasta que mi novia me cogió como saco de patatas y me llevaba hasta el baño. En esos momentos no podía parar de reír y de pensar en lo mucho que quería a esa chica. Le un beso en la espalda mientras que seguía sobre su hombro.
-Me vuelves loca Nat.- Le dije cuando me dejó en suelo del baño para que me preparara.
-Y yo estoy enamorada de ti hasta las trancadas.- En cuanto salió eso de sus labios no pude evitar sonrojarme. Ella rió y me dio un pico antes de irse en dirección a la cocina.
