nueve.

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COURAGE.
—Y... Dime, Sakatan, ¿cuál es tu comida favorita? —pregunta la joven de cabello púrpura, mientras camina a lado del pelirrojo.

Es una tarde agradable. El suave viento sopla en las narices de los transeúntes y en esta joven pareja de estudiantes. El largo y liso cabello de Kurokumo ondea a la par de las pocas flores de los arbustos, dejando cautivados a cualquiera que la viera. Ella, aunque apenas está iniciando la preparatoria, es una chica talentosa, deslumbrante y sobresaliente. Lleva dos años estudiando ballet, ha sido la más destacada académicamente en todos los niveles de estudio, y ni hablar de su belleza tanto física como interior.

Sakata, por su parte, no es muy diferente a ella. Lo que los diferencia enormemente es su forma de ser. Mientras que le pelirrojo es alguien sociable y animado, Kurokumo es más formal y elegante, sin perder la gracia.

—Yo como de todo, así que no hay algo en particular —respondió el mayor, sonriendo.

—Entonces, si invito a Sakatan a comer a mi casa, ¿él comerá lo que sea que le dé?

—Síp. Aunque, me gusta mucho la comida que prepara Uratan. Ese chico es un dios culinario —rió.

—¿Uratan? ¿El chico bajito con el que siempre estás?

—Ajá, ese mismo.

—Oh, no lo conozco tan bien como tú, pero en la academia de danza a la que voy, le tienen algún tipo de altar a Urata-san.

—¿Altar? ¿Uratan es una deidad? —exclamó, sorprendido. Se oía algo de sarcasmo en sus palabras.

La chica de cabello púrpura rió, mientras jugaba con uno de sus muchos mechones largos —No lo sé. Yo voy a clase de ballet. Me han dicho que él estaba en baile moderno, y que una que otra vez lo vieron en danza contemporánea. Lo que sí, es que era -y sigue siendo- el mejor de su clase. Hay personas ahí que tienen años practicando la danza, y son los que mejor conocen a Urata-san. He hablado con algunos que dicen que Urata-san es una especie de leyenda en la academia. Dicen que no ha habido nadie antes ni después de él que se le comparara.

—Vaya —suspiró Sakata —. Uratan es bueno en eso, ¿no?

—Supongo. La directora del lugar tiene un par de premios que Urata-san nunca fue a recoger, también hay muchas fotos de él en la oficina. Cuando yo ingresé, al parecer Urata acababa de cancelar su matrícula, y creo que sólo una vez lo ví bailar en un concurso. Era muy bueno. Creo que debería volver a inscribirse.

—No —habló firme —. Uratan... él está mejor ahora. Pasó muchas cosas difíciles, y no pude protegerlo. Incluso ahora, no estoy seguro de que siempre podré ayudarlo. Si el volviera a la academia, muchos de sus miedos posiblemente volverían o se harían más fuertes, y no quiero verlo mal. Yo... No quiero que Uratan sufra más.

Un incómodo silencio se hizo presente. Kurokumo no miró a Sakata fijamente, algunas veces volteó de reojo. Seguían caminando, estaba atardeciendo. La joven tal vez ya lo había notado, pero ahora estaba segura: la relación de Sakata y Urata era simplemente increíble. Ella daría cualquier cosa por tener a alguien que la cuidara y se preocupara como lo hace Sakata con Urata.

—Urata-san es muy importante para Sakatan, ¿cierto?

—Lo es.

La chica se adelantó, mientras Sakata la miraba sorprendido. Ella terminó frente al mayor, sonriéndole, y después, con ambas manos, acunó su rostro.

—Sakatan, sin importar qué, no dejes que nada ni nadie arruine la linda amistad que tienes con Urata-san. Por favor, no la cagues.

—Cuidaré a Uratan con mi vida —soltó, mientras sus mejillas se coloreaban levemente de rosa.

i don't care ー urasaka Onde histórias criam vida. Descubra agora