tres.

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I DON'T WANNA FEEL.
El ojiverde, tan pronto llegó a su casa, aventó sus cosas sobre el sofá, alarmando a su madre, quien se encontraba leyendo una revista.

—¡Wah! ¡Uratan! ¿Sucede algo? —pregunta la mujer, al ver que su hijo camina de un lado a otro por toda la sala.

—Mamá, creo que voy a vomitar —dijo, llevando una de sus manos a su boca para cubrirla.

La mujer enseguida se puso de pie y fue a con su hijo, y lo tomó del hombro.

—¿Pasó algo, Urata? Ya van dos meses de clases y no había sucedido nada así, ¿te hicieron algo malo?

El menor volteó a ver a su madre, con la cara roja.

—Sakata-san viene este fin de semana a comer en mi casa —dijo, con la voz quebradiza.

Su madre sonrió y suspiró.

—¿Lo invitaste?

—¡Él se invitó solo! U-un maestro nos puso en equipo, ¡todo hubiera estado bien si él me dejara trabajar por mi cuenta! Ah, dios mío, creo que voy a morir.

—Oh, ¿pero Sakata-san no era tu amigo? Ya era hora de que viniera a cenar. —respondió la mujer amablemente.

—¡Ese es el problema! ¡Querrá indagar sobre mi vida! Él... Él aún no sabe sobre todos mis problemas para socializar y esas cosas..., ¿y si empieza a creer que soy raro?

—Cariño —suspiró —, se conocen hace meses, seguro ya descubrió que eres bastante frágil. —dijo riendo.

Urata miró a su madre aún con dudas. Terminó suspirando y abrazándola, y después fueron a cenar.

Es cierto, Urata le daba demasiado importancia a los pormenores, pero igual, ya una vez había llorado a causa de algo que Sakata le dijo. Él lloraba muy fácilmente, así que dejó de importarle, al menos mientras comía.

⊱☹⊰

—Oye Sakata-san. —dijo el menor.

—¿Qué pasa?

—¿Crees en el amor a primera vista?

El mayor lo miró algo sorprendido. No era normal que de repente Urata le sacara un tema así.

—Yo creo más en el hilo rojo del destino. —respondió.

Se detuvieron a mirar el atardecer. Se sentaron debajo de un árbol y dejaron sus mochilas cerca de ellos.

—Eso es aún más estúpido. —rió Urata.

—No lo es. —contestó el mayor, seco.

—¿Eh?

—Creo que... en alguna parte del mundo, siempre habrá alguien esperando por ti, ya sabes, tal vez esté más cerca de lo que te imaginas. Seguramente esa persona especial se dará cuenta de lo que estamos destinados a ser, y ese hilo jamás se romperá. Yo creo que ya llegará mi persona especial.

Sakata-san tiene pensamientos muy profundos.

—Estoy lleno de misterios. —respondió el de ojos rojos, más animado.

Ambos seguían mirando el sol ocultándose. La vista era hermosa.

—¿Y qué si esa persona especial resulta ser todo lo contrario a ti? ¿Y si no es una chica? ¿Y si habla poco? ¿O qué tal si es más hablador que tú?

i don't care ー urasaka Where stories live. Discover now