«Así que, todos están hablando de mí. El misterioso joven con el que se lo ha visto al héroe número uno en más de una ocasión» pensó. Y muy lejos de sentirse halagado o algo así, Izuku se sintió incómodo, muy incómodo con el hecho de que fotos de ellos dos juntos estuvieran rondando por todos los periódicos, revistas, programas y hasta en el internet. Le hizo temblar de pies a cabeza.

—A mí no me importa mucho, pero puedo pedir que dejen de divulgarlo si tú quieres.

—E-Entiendo que en parte es el trabajo de muchas personas, pero... la verdad es que no me siento cómodo con esto.

Shoto sonrió y no dudo en ponerse de pie para darle un abrazo y un besito en una de sus mejillas.

—Está bien, no volverás a ver ni a oír ninguna noticia más sobre el tema —prometió—. Ahora termina de comer o se nos hará tarde.

Izuku observó el reloj de pared frente a él y se apuró a terminar su plato, luego salió corriendo, con sus mejillas llenas de comida, a su cuarto donde cambió sus ropas por sus prendas de trabajo. Y Shoto presenció aquella carrera riéndose en voz baja.

«No he vuelto a tener ni un día aburrido desde que lo conocí» pensó divertido, sacando su celular personal del bolsillo delantero de su pantalón, marcando un número y llevándose el aparato a su oído izquierdo.

—¿Sensei? Buen día.

¡Heeey, Shoto! ¡Q sorpresa! —la alegre voz del héroe, y su antiguo profesor, Present Mic hizo zumbar sus oídos—. Alto, creo que tengo una leve sospecha del porqué me llamas.

—¿Es tan obvio? —los dos rieron.

Es por la noticia, ¿no es así?

—Sí, sabía que ya estarías al tanto.

¡Claro que sí! Todo el mundo habla sobre aquel chiquillo que llevaste a la fiesta de Momo-chan —le escuchó reír otra vez y juró que estaba moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.

—Y precisamente quería pedirte a ti que prohíbas la noticia en todos los medios posibles. ¿Crees que puedes hacerlo?

¡Ja! Mocoso, ¿con quién crees que estás hablando? Haré todo lo que esté a mi alcance para que no vuelvas a ver esa noticia en ningún medio.

—Sé que harás un buen trabajo... Muchas gracias, Sensei. Cuídate.

Claro, déjamelo a mí. Tú igual y salúdame al pequeño médico —le sintió sonreír—. Adiós.

—Adiós —colgó la llamada.

Yamada Hizashi, o Present Mic, suele conducir un programa de radio muy conocido en Japón, además de ser profesor en la U.A. Cuando no está siendo profesor o cumpliendo su deber como héroe: le dedica todo su tiempo a aquel trabajo que es una de sus más grandes pasiones. Y Shoto no podría confiarle aquella tarea a nadie más que a él.

Divagando en sus pensamientos, lavó los utensilios que usó para cocinar y también los que utilizaron durante el desayuno. Y mientras secaba el último plato: sintió a Izuku correr por la sala, llamando en voz alta a sus llaves como si estas le fueran a responder.

Shoto rio para sí, secándose las manos antes de tomar las dichosas llaves —que se encontraban sobre el mueble que sostenía el televisor y demás objetos— y pararse frente al peliverde que estaba de cabeza sobre el sofá, intentando ver debajo del mismo.

—¿Buscabas esto, Izu?

Al instante guió sus esmeraldas hacia él y sonrió aliviado al ver sus llaves.

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