🌸 Drabbles Borusara 🌸 [ +18 ]

viii. "entre montañas"

| Boruto U. |

Realmente si pudiera, la llevaría al lugar más costoso que existiera en este mundo. Sin embargo, ella había insistido en venir a este lugar.

Si lo hacían en algún hotel de Konoha, definitivamente todos terminarían enterándose.

No podía ser en casa de ninguno, ya que estas estaban vigiladas las veinticuatro horas del día.

Pero, desde que habían probado lo excitante que podían ser unos roces y algunas caricias, no podían parar. La espera los mataría a ambos.

Quería que sus manos tocaran más allá de la tela, quería sentir su piel sobre la suya moviéndose frenéticamente.

No podía negar que estaba muy ansioso por llegar a la cima de la montaña para que pudieran iniciar con las "caricias", pero tampoco podía evitar sentir un poco de miedo.

¿Y si hacía algo mal y la lastimaba? Sería su perdición.

—¿Boruto? —Llamó Sarada, unos pasos adelante mío. Había dejado que ella subiera antes para poder verle la parte trasera. ¿Era un pervertido? Tal vez.

—¿Si?

—¿No sientes nervios?

Pensé en decir que no, pero quería ser sincero con ella.

—Sí. Muchos nervios, pero también estoy ansioso ¿sabes?.

—Uhm...

•••

—¿Estás segura? —Dije entre besos, y aunque ya mi polla estaba dura, siempre la respetaría y pondría ante todo.

—S-sí. —Jadeó bajo mío.

Entrelazamos manos y con mis piernas a sus lados, bajé los besos hasta llegar al inicio de los pechos.

Con la boca bajé lentamente el cierre de su camisa. Pero ella pareció gustarle mucho eso, que quiso montarme.

—Uh, uh. Hoy no. —Pero la sujeté levemente para devolverla a mi merced.

—Hoy sí. —Usó su fuerza para situarse encima.

Malditamente sexy.

Con una de sus manos sobre mi nuca y la otra bajando por mis pantalones. —Hoy y cuando lo desee ¿entendido, Bolt?

Cuando iba a decir algo, capturó mis labios en un beso fogoso.

Dejándome anonadado, pero duro.

Cuando menos lo noté ella había sacado mi miembro.

—¿El condón?

Ah mierda, es cierto. Saqué un condón de mi billetera, pero cuando me lo pensaba colocr, ella me lo arrebató. ¿Qué carajo?

No entendí que hacía hasta que lo abrió con la boca y con esta misma lo colocó ¡¿Acaso era posible?!

Entonces empezó a frotar de arriba a abajo con sus manos. Se sentía el cielo, tan dulce y delicioso.

Pero hasta ahora solo ella me daba. Le tocaba recibir definitivamente. Eso pensaba hacer, sin embargo, ella se montó de una sola estocada.