Capitulo 6: ¡Maldita Prueba!

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-Amanda, despierta, ya son las 12:05 –dijo Ignacio

-Naa, déjenme dormir un poco más

-Llevas diciendo eso desde las 10

-Ya, levántate –Ángel me tomo del brazo

-Auch –dije bajito

-¿Por qué te duele el brazo? Si se supone que te golpearon la espalda

-Emm yo… también me pegue en el brazo

-No te creo mucho –Me toma el brazo y me lo da vuelta lentamente para no hacerme daño y lee lo que me escribió la chica

-¿Qué significa eso? –Pregunta Ignacio preocupado

Les conté lo que me había escrito la chica, Ángel creyó que solo era una trampa para que nos separáramos y perdamos el juego, e Ignacio pensaba que era real lo que decía mi brazo y estuvo muy preocupado por ello. Pero finalmente luego de una hora de pensar y decidir, tomamos la decisión de no hacerle caso a la chica por ahora y que nos seguiríamos ayudando entre nosotros para superar las pruebas, y que recién en la prueba final nos íbamos a separar.

-Bueno, ya que lo decidimos… ¿Amanda, te encuentras bien para hoy día seguir con las pruebas? –me pregunto Ángel un poco preocupado

-Si, pero a la hora que me toque un combate necesitare sus ayudas o tendré que abandonar la prueba

-Está bien, vayamos a iniciar con las pruebas

Abrimos la puerta y esta vez, habían 3 caminos, Ignacio se fue por el segundo, Ángel por el primero y yo por el tercero. Abrí la puerta y me encontré con una sala de color damasco con 2 puertas más, que tenía 3 sillones y uno de estos tenía una nota. Me acerque a leer que decía la nota: “Sé que esta prueba es difícil, pero es necesaria, tendrás que matar a uno de tus amigos para seguir con el laberinto o de lo contrario me encargare de matarlos yo, una vez matado al participante debes llevar su cuerpo a la próxima sala y ahí se te asignara otra prueba, a ellos se les asigno la prueba de actuar como “perros” y obedecerte por lo cual no habrá problemas a la hora de sacar tu arma” a los segundos apareció una pistola en mis manos y tres balas en mi pantalón, luego de esto aparecieron Ángel e Ignacio por las puertas. ¿Esto es enserio? ¿Tengo que matar a uno de los dos después de todo? Son mis amigos no puedo hacerlo! Como matare a alguien que conozco desde bebe y que quiero mucho! Ambos son buenas personas y no merecen la muerte!... pero sin embargo prefiero a que muera uno por mi parte a que todos seamos asesinados por la entidad, quizás de que cruel forma… Así que les hare 3 pruebas fáciles y el que las cumpla mejor se salvara, ya que yo no puedo decidir a quién matar, oculte la pistola en mi espalda y les dije la primera prueba

-Guau guau –dijo Ángel un poco extrañado por la prueba

-Emm, bien, salten el sillón

-Huauf huauf –dijo Igna y salto el sillón

-Guau –salto Ángel el sillón

Hasta ahora ambos lo habían echo bien, solo que Ángel al saltar, había pasado llevar al sillón…hasta ahora él es que muere…

-Okay, ahora perritos corran de aquí hasta la pared

-Guaf, guaf –dijeron ambos y se fueron corriendo en 4 patas y regresaron con la lengua afuera

En esta prueba Ignacio llego segundo debido a que es más lento… estaban empatados, solo falta una prueba que lo decide todo

-Bien echo! Ahora ladren lo más alto que puedan

-Huuuuaaaaffff –Ignacio fue el primero en ladrar

-Guuuuuuooooofff –Ángel ladro más alto que él

Bien, ya estaba decidido quien iba a morir

-Ahora, sepárense un poco y siéntense en el piso como los buenos perritos que son –y cargue la pistola mientras la tenía en la espalda

-Guaf – dijeron ambos

-Cierren los ojos y no los abran

Me puse a llorar bajito para que no se dieran cuenta y apunte a la cabeza de Ignacio, Ángel había abierto los ojos al escucharme llorar, y ahora estaba totalmente pálido y paralizado, con el dolor de mi alma apreté el gatillo y el cuerpo sin vida de Ignacio cayó al suelo de espalda, no aguante más y me puse a llorar como nunca, mientras Ángel seguía pálido y movía a Ignacio con su mano, intentando ver si reaccionaba o algo.

-Déjalo, esta sin vida – le dije a Ángel pero este me miro con una mezcla de odio y desconfianza

-Perdóname Ángel –dije entre llantos

Pero no respondió, solo se empezó a alejar lentamente de mí mientras lloraba sin realizar ningún sonido. Mientras todo esto ocurría, empezaron a sonar las campanas, ¡Perfecto! Debo estar una hora sin moverme al frente del cadáver de mi amigo y de mi otro amigo que de seguro me odiaba y no me volvería a hablar, ¡hoy día todo salía de maravilla!

Luego de que volvieran a sonar las campanas para indicarnos que nos podíamos mover, yo aún llorando, tome el cuerpo de Ignacio y me lo lleve a la siguiente habitación que se había abierto cuando le dispare. Era una sala negra, con arboles sin hojas y quemados, al fondo de esta había un ataúd negro brilloso con una nota que decía que metiera el cuerpo de Ignacio allí dentro. Lo hice y apareció una nota encima del ataúd:

“No seas niña chica y déjate de llorar, tu nunca mataste a tu amigo, él y el otro siguen vivos, los chicos que estaban en la habitación anterior, eran demonios transformados… CAISTE EN UNA HABITACIÓN TRAMPA”

 

No me lo creía, ¿Demonios? ¿Demonios se hicieron pasar por mis amigos? ¿Estuve llorando todo este tiempo por dispararle a un demonio? Esto ya era el colmo, y ahora ¿Cómo sabía cuándo caía en una habitación trampa o cuando estaba con mis verdaderos amigos?. Me seque las lágrimas y me fui de la habitación, tenía mucha rabia contra la entidad de la casa, sinceramente me hizo pasar los peores momentos de mi vida, haciéndome pensar que había matado a uno de mis mejores amigos y que había perdido la confianza del otro. Me dirigí hacia el camino de Ignacio, él no había tenido la misma prueba que yo, estaba colgado de unas lianas mientras que volaban cuchillos hacía él

-Igna cuidado atrás! Córrete hacia delante! –grite justo en el momento en el que un cuchillo iba directo hacia su cabeza

-Gracias! –Me dijo mientras llegaba hasta al otro lado de la habitación y se le abría la puerta

-Perdón! –A pesar de que había caído en una habitación trampa, me sentía muy sucia por haber matado a Ignacio, a pesar de que no era el real.

-¿Por qué? –Me miro extrañado

-Luego te cuento –Le dedique una sonrisa algo falsa

Me fui sin decir nada más, a la hora de la tarde cuando estuviéramos todos juntos en la habitación principal les contaría a los chicos que era lo que me había ocurrido, para que ellos no cayeran también en la trampa y para que en cierto modo me perdonaran el haber matado al Ignacio falso, ciertamente hoy día no era mi día de suerte…

P.D: Mis patatas angelicales, perdón por subir el capítulo tan tarde y por hacerlo tan cortito :c pero pronto las recompensare con algún maratón o algo :3 

recuerden que sus votitos y opiniones son siempre bienvenidas, adiós! (• ε •)

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