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<< Ellos desean entendernos, pero solo en un sentido muy abstracto. Según ellos, la volatilidad de nuestras emociones nos convierte en unas criaturas demasiado complicadas para poder comprendernos del todo. Debo admitir que, hasta cierto punto, tienen razón. Algo que nos conviene recordar en nuestro provecho. >>

"Del capítulo titulado Su realidad frente a nuestras ilusiones"

El sol de media tarde se colaba a través de los ventanales y caía en haces sesgados sobre la lujosa alfombra.

Las cristaleras estaban abiertas a los jardines, y el aroma de las rosas en flor inundaba el aire.

TaeHyung, sentado frente a JungKook, levantó una ceja.

-Pareces raro, Kook -dijo con aire suspicaz. -¿Estás escuchando la conversación, siquiera?
-Yo pienso lo mismo -intervino JiMin, conde de Bonham.

Menudo y bonito, estaba sentado en el borde de una butaca de tapicería exquisita, con su cabellera de ébano recogida con recato en la nuca, y la misma pregunta escrita en sus encantadores ojos oscuros.

- Pareces muy distraído.
-¿De veras? -A JungKool le resultó imposible fingir inocencia y se echó a reír.

Sus amigos, reunidos en la salita informal de JiMin para tomar el té y charlar, tenían bastante razón.

Hacía un buen rato que había perdido el hilo de su cháchara sobre las últimas tendencias de la moda.

La velada anterior había sido un... éxito.

Él incluso lo calificaría de revelación.

¿Cómo diablos podía pensar en eso sin sonreír?

Bien, era imposible.

-Sí. Extraño como un gato que se ha comido el canario. -TaeHyung se sentaba ahora algo más erguido, en un sofá de brocado.

Era un moreno alto y esbelto con facciones bonitas y una figura envidiable.

Era muy común que los caballeros se confesaran enamorados de él, pero a pesar de la insistencia paterna para que se casara pronto, él aún no había encontrado a nadie que le conviniese.

Esta era su segunda temporada, y ello la convertía en una especie de desafío para los jóvenes de la buena sociedad.

-¿Qué ha pasado? -preguntó.

Los tres habían sido muy buenos amigos desde niños, y aunque JungKook intentó adoptar una expresión anodina, no lo consiguió.

-¿Qué os hace pensar que ha pasado algo?

Los otros dos intercambiaron una mirada y después dirigieron la vista de nuevo hacia Kook.

-Llámalo una conjetura -dijo JiMin con sequedad. -Los dos te conocemos y yo ya he visto antes esa expresión. Me recuerda la vez que fuimos a explorar la abadía en ruinas a medianoche esperando encontrar fantasmas y nos pillaron al volver. Tú te inventaste un cuento y conseguiste que mi institutriz se lo creyera no sé cómo. -Y añadió: -Pero nosotros sabíamos muy bien que en realidad éramos culpables de habernos saltado las normas.

JungKook lo recordaba y murmuró con humor mientras cogía la taza de té:

-Sí, pero conseguí que no nos castigaran, ¿verdad?
-Tenías mucha labia -comentó TaeHyung. -Pero no intentes aplicar esa triquiñuela con nosotros. Dinos, ¿por qué mirabas por la ventana con esa peculiar sonrisa de complacencia?

JungKook no estaba en absoluto seguro de si debía contarles la verdad.

Era un secreto tremendamente escandaloso.

{EN PAUSA} Seduction Lessons [JINKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora