Capítulo XLI

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Al mes del entierro de Ezequiel, la abuela vino
a verme.

-Antes de la internación, Ezequiel me pidió que te diera esto. Y me dio un video casete. Era Blade Runner.

-He visto cosas que ustedes no creerian. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión.
Rayos "C"brillando en la oscuridad cerca de
Tannhauser.

Todos esos momentos se perderún en el tiempo, como lágrinas en la lluvia. Es hora de morir.

-No sé por qué me salvó la vida. Quizás en los últimos momentos amó la vida más que nunca. No sólo la suya, la de cualquiera... la mía. Buscaba las mismas respuestas que buscamos todos. ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto tiempo tengo? Y sólo pude verlo morir.

Los ojos del perro siberianoWhere stories live. Discover now