Capítulo XXXVII

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El día del entierro comprendí por qué en las películas los funerales se filman siempre con lluvia. En el cementerio donde lo enterraron
los pájaros cantaban, había flores, el césped brillaba. Comprendí que la luz del sol es despiadada, son las sombras las que nos protegen.

Ningún gesto se escapa de la vista de los demás. Ningún rictus de dolor. Con tanta luz, tanta ciaridad, era más dramática aún la idea de la muerte.

Los ojos del perro siberianoWhere stories live. Discover now