ShinOji [1]

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Ojiro movía la cola sin cesar mientras sacaba la cabeza por la ventana impaciente por volver al dojo. Esta vez sería la primera como practicante desde que rindió el exámen y ganó su cinta negra; mucho antes de entrar a UA. Lo mejor de todo es que su mamá podía llevarlo hoy, no le gustaba viajar en tren puesto que siempre lo agarraba en hora pico. En Japón todas las horas eran hora pico.

-Se te acabo el viaje, amigo- Le dijo su mamá- Si quieres que te busque, llámame.

-¡Okay!- Asintió y se despidió con la mano.

La sensei estaba dando clases a los más jóvenes pero dio permiso a descansar cuando lo vio.

-¡Mashirao, qué bueno volver a verte!- Se inclinó, acción que repitió el muchacho.

Ella le dio las indicaciones que tendría que seguir, algo protocolar pues él ya se sabía de memoria las reglas y las rutinas.

Le presentó a su grupo de estudiantes, algo más crecidos que los de ella; individuos que él podría dominar, no eran infantes, tampoco adolescentes, sino el inexistente término del medio. Todos principiantes así que tenía que irse a lo más básico: cómo ubicar el cuerpo, la respiración y algunos movimientos.

La clase pasó volando. La sensei fue a controlarlo un par de veces y admiró la autoridad que había desarrollado en tan solo una hora, los alumnos lo seguían perfectamente.

Por fin soy reconocido por alguien. Pensó.

Ojiro, según su lista, tenía tres niños a los que tendrían que esperar a los padres para que los retiren. El resto se fue por su cuenta mientras que el último alumno seguía con él, después se diez minutos del horario de finalización.

-Puede que me hayan olvidado.

-Quizás solo hay tráfico, no te preocupes- Le acarició la cabeza.

-Bueno, puede que se haya dormido.

-¿Tu papá?

-No, mi...

En ese momento, una cara extrañamente familiar cruzó la puerta del dojo.

-Oh, Shinso- Murmuró.

-¿Lo conoces? Es mi niñero.

Shinso se acercó a ellos. En cuanto a su apariencia, parecía recién salido de la cama y las ojeras llegaban hasta sus pómulos; quizás ni siquiera se había lavado la cara antes de venir.

-Lo siento, Kota, me dormí.

Kota le dio un codazo a Mashirao.

-¿Ves?

Shinso cargaba con él la gorra de Kota, con dos cuernos característicos en la visera. Él niño la tomó y se la puso. Ahí fue cuando Mashirao recién lo reconoció; el sobrino de Mandalay.

Ojiro miró a Shinso.

-¿Desde cuándo eres niñero?

Él bostezó antes de contestar.

-Las Pussycats trabajan en vacaciones también, no querían que Kota las pase con ellas. Por alguna razón, Aizawa me recomendó a mí. Supongo que sabía que no tenía nada que hacer.

-Sensei, ¿No dará más clases, verdad?

El niñero levantó ambas cejas y artículo sin emitir sonido «sensei», sin poder creerlo. Ojiro frunció el ceño.

-No, Kota. Son mi único grupo.

-¿Quiere venir a tomar el té?

Ahora la mirada desconcertada de Shinso se dirigía a Kota.

My Hero Academia One-shots [homo/hetero]Where stories live. Discover now