ShinOji [3]

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Hitoshi observó la cantidad de papeles sobre su escritorio, se dejó caer en su silla cuyas rueditas lo alejaron de donde estaba gracias al impacto, y suspiró: ¿por qué a mí?

Pensó que no sería la gran cosa el material teórico de la clase de héroes pero vaya que estaba equivocado; tenía sentido, después de todo son de lidear con diversos fenómenos catastróficos. No iban a aprender primeros auxilios solamente, claro que no.

El celular lo tenía encima del escritorio y, cuando sonó, no tuvo otra opción que acercarse de nuevo, incapaz de reprimir el impulso de saber si él le había respondido.

Resultó que tenía –muy– pocas cosas en común con Mashi pero, los gustos que compartían eran lo bastante amplios como para mantenerlos conversando un buen rato; por no decir un par de días. Eran unos viciosos por las conspiraciones y las historias de terror, tanto en texto como película.

¿Qué tal si nos juntamos a ver esa película que querías?⟩ Le escribió Mashi.

Hitoshi mira el reloj, era algo tarde para él. Las diez de la noche para ser exactos.

No creo que papá me deje salir.⟩

Puedo ir yo a tu casa.⟩

Levantó la mirada otra vez, encontrándose con el desastre que tenía por habitación.

Okay.⟩

¿En diez minutos?⟩

Que sean treinta.⟩

Así, por primera vez en la semana, consiguió la motivación necesaria para ordenar; luego le avisó a su padre lo de su visita. Él aceptó tratando de ocultar la emoción, Hitoshi no traía muchos amigos a casa; ya estaba cansado de ver solamente a Monoma.

Mashi llegó puntual –puntos extra para subir de nivel en el rango de amistad de Hitoshi, odia esperar– y trajo pizza casera que hizo su mamá –puntos por traer él la comida porque literal no iban a comer si no lo hacía, es malo atendiendo gente si no le pagan por ello–. Sonreía más de lo que a él le hubiera gustado, las expresiones faciales despampanantes lo ponen incómodo.

El invitado saludó al señor Shinso para después seguir a Hitoshi a su recién aseada habitación.

—¡Tu habitación tiene dos pisos!

—Lo que ganas al ser hijo único.

—Yo soy hijo único y no tengo una habitación de dos pisos.

—Lo que ganas cuando tus papás están divorciados.

—Conozco a alguien cuyos pap–

—¡Okay, soy solo yo! ¡No te emociones tanto!

Efectivamente, la habitación de Hitoshi es la más grande de la casa. La idea era que sea compartida por un hermano o hermana que jamás llegó; así que mantuvo la originalidad del ambiente para él solo. Tampoco era súper enorme, lo que no tenía de ancho lo tenía de alto.

Hitoshi no habló mucho y puso la película. Mashi no soportó estar tanto tiempo en silenció.

—¿Quieres salir conmigo el fin de semana?

Eso lo tomó desprevenido pero mantuvo su expresión seria al girar a verle.

—¿Siquiera te gusta salir conmigo?

—¿Me quedaría a dormir a tu casa si no me gustara tu compañía?– Hitoshi miró hacia la televisión de nuevo, inquieto.

—No sabía que te quedabas a dormir.

—Si no quieres puedo irme, no es como que mi vida esté en peligro a cada momento, ¿o si?

—No, digo, sí. Quédate.

Mashi sonrió. Enredó la cola alrededor de su cadera así Hitoshi podría sentarse a su lado.

La película era terriblemente aburrida pero la pizza estaba deliciosa. No se decidieron por ver otra cosa pues se quedaron hablando.

Mashi tiene algo por las personas secas, y dice seco pues no sabe si considerar a Hitoshi un introvertido en específico. Él habla si le caes bien y, estaba al tanto de que le tenía algo de recelo pero se disolvía mientras más tiempo pasaban justos.

Por mucho que le cueste admitirlo, Mashi realmente no tiene muchos amigos. Tiene compañeros por los que daría la vida pero, simplemente no es lo mismo. Y Hitoshi se apareció de la nada; lo cual se veía como una oportunidad.

¿Hablaba con él solo por su sentimiento de soledad? ¿Era egoísta? O quizás, ¿Era ese pensamiento demasiado profundo para él? A veces se sentía como el personaje secundario de un manga shonen.

Aún así, en serio disfrutaba de la tosca presencia de Hitoshi.

Y Hitoshi más o menos percibía la razón por la que Mashi pasaba tiempo a su lado; él se sentía igual.

Se levantó del suelo aprovechando que su visita de había callado para respirar, abrumado y notoriamente afiebrado. Él le provocaba ese estado, de algún modo que no entendía todavía.

—¿Te sientes bien?— Mashi se acercó a él y puso una mano en su frente.

—Geez, ¿por qué pareces preocupado todo el tiempo?— le quitó la mano.

—Porque tú no pareces preocupado en tu bienestar en lo absoluto.

—Hora de dormir— decretó Hitoshi y se arrojó boca abajo a su cama.

—Bien. Pero esta vez no pienso dormir en el suelo— cruza los brazos.

—¿Tengo que dormir yo en el suelo?

—Tu cama es lo suficientemente grande para los dos, y tengo que asegurarme de que no convulsiones por la noche o algo.

Hitoshi frunció los labios y blanqueó los ojos. Se metió bajo las frazadas, dejando la mitad de la cama para Mashi.

—Apaga la luz, Ojiro.

El susodicho acató la orden, se sacó la remera y se metió en la cama.

—Buenas noches.

—¿Estás sin remera?

—Tal vez.

—¡Ponte la remera!

—¡Los dos somos hom–!

—¡No me vengas con esa actitud arcaica!

—¿Actitud qué?— salió de la cama y se puso la remera.

Hitoshi estaba rojo, incómodo, quería que lo trague la tierra –o que la tierra se trague a Mashi– pero, estaba bien dentro de todo.

Era difícil compartir la cama con alguien.

Peor fue cuando despertó el otro día abrazado al quirk de Mashi.

•••

En esta casa no utilizamos la categorización top–bottom/seme–uke así que no se sorprendan cuando vean las cosas fuera del lugar que están acostumbrados.

No soy la misma de los oneshots haikyuu ya estoy grande

Stay safe, stay healthy and...

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My Hero Academia One-shots [homo/hetero]Where stories live. Discover now