Capitulo 4

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Bruce Wayne conducía a través del despejado cielo de Gothan en su gran Helicóptero personal acompañado de su pequeño Jon en el asiento del copiloto quien miraba por la ventana con gran fascinación y alegría

. — Waaaah. — exclamo Jon ante la hermosa vista que vislumbraba de la ciudad desde su posición.

Dado que todavía no podía volar, muchas veces su padre Clark le llevaba en su espalada y le daba recorridos cortos por el cielo de Gothan o Metrópolis, por lo que la vista no era lo que le emocionaba, si no el hecho de que de alguna forma ahora lo hacía al lado de su papá Bruce, eso era sin duda lo hacía sumamente especial para él.

Batman solo miraba de reojo a Jon, apreciando la gran sonrisa que dibujada a cada segundo y aquellos grandes y brillantes ojos azules iluminarse con cada cosa que observaba.

Tan solo esa imagen bastaba para que el faltar a su reunión con la Justice League valiera totalmente la pena.

Tanto él como Clark habían pasado las últimas noches conversando sobre las maneras más factibles de mejorar su vínculo familiar, y aunque los dos querían dar lo mejor en éste asunto, la verdad es que aún tenía sus dudas al respecto, pues esto implicaba hacer momentáneamente a un lado sus obligaciones como héroes.

Siendo honestos, se sentían entre la espada y la pared, pero confiaban en que podrían manejarlo.

Por lo que después de algunas horas y de varias ideas sobre cómo poder relacionarse mejor con los niños, optaron por iniciar con la práctica más rutinaria que tenían: llevarlos al trabajo con ellos.

No era la idea más original, pero con algo debían de empezar; Clark se encargaría de llevar a Jon y Bruce a Damián, tal como siempre lo hacían.

No obstante, Alfred, quien fungía como mediador en la discusión, sugirió un ligero cambio en el orden de factores, dando como resultado el que ahora viajase hacía la gran compañía Wayne con el menor de sus dos hijos.

Algo que sin duda estaba disfrutando mucho.

Jon era un niño ingenioso, lleno de curiosidad por el mundo, y con una mente siempre dispuesta a aprender, el solo imaginar todo lo que podría enseñarle, le hacía sentirse tan emocionado como el pequeño a su lado.

Un par de minutos más transcurrieron antes de que aterrizaran sobre la terraza del enorme edificio de Industrias Wayne, donde apenas la maquina toco el suelo de concreto, Jon se colocó sus anteojos y salió disparado como flecha para adentrarse al gran edificio.

. — ¡Genial! — exclamo al presenciar el interior de la enorme construcción

Las áreas comunes estaban elegantemente amuebladas y con adornos florares en las esquinas, los muros estaban pintados de un perfecto y pulcro color blanco que ni siquiera daban ganas de tocarlo por miedo a mancillarlo, mientras que los amplios pasillos estaban adornados con cuadros de arte contemporáneo que, aun cuando a sus ojos no eran más que manchas y figuras deformes, lograban parecerle sumamente interesantes, al igual que la hermosa vista panorámica de la ciudad que podría apreciarse gracias a las paredes de cristal que formaban parte del edificio.

Todo el lugar era increíble.

. — Buenos días señor Wayne. — saludo cortes una de las secretarias, una mujer de edad madura y de clase beta, al reparar en la presencia del copropietario de la compañía acercarse a su escritorio.

. — Buenos días Clara. —

. — Oh, pero que tenemos aquí. — dijo alegre la mujer al notar y reconocer a la pequeña figura al lado del hombre frente a ella. — Tu debes ser el joven Jonathan, ¿cierto?

. — Hola señorita. — saludo el susodicho colocándose de puntitas frente al escritorio para mirarla mejor.

. — Ah! Qué lindo. — menciono enternecida por la buena conducta del pequeño, totalmente contraria a la de su insufrible hermano. — ¿y a qué se debe tan agradable sorpresa?

. — Vine a acompañar a mamá. —

. — Así es.- apoyo Bruce. — Creo que es un buen momento para que Jon conozca el lugar y aprenda sobre la compañía. — dijo tomándole del hombro, apegándolo más hacia él.

. — Eso suena grandioso. — animo la joven mujer con una sincera sonrisa. — Nos encantara tenerle aquí con nosotros.

. — Bien, si nos necesitan estaremos en mi oficina. — indicó el mayor despidiéndose de la mujer para acto seguido guiar a su pequeño compañero hasta su sitio de trabajo, una oficina tan grande y espaciosa como lo era su propia habitación, totalmente amueblada con todo lo necesario para desempeñar sus labores, escritorio, computadora, archivero, una cómoda silla de cuero negro, un estante lleno de libros de diferentes títulos, un mullido sillón al igual que una mesa de centro, unas cuantas macetas en las esquinas para ambientar el lugar, y una brillante placa de oro con el nombre de "Bruce Wayne Kent" sobre la puerta, misma que quedaba justo a un lado de la otra con el nombre "Clark Wayne Kent" grabado en ella.

Después de haberse casado y siendo consciente de los cambios que tal evento acarrearía le pidió a Clark mantener su apellido en primera instancia, y no el suyo como tradicionalmente sería, a lo que el Kriptoniano acepto sin ningún problema.

Él, al igual que toda la ciudad de Gothan, sabía que el apellido Wayne existía desde mucho antes de que él llegase a la tierra, era una herencia histórica que englobaba todo lo que su familia representaba y por todo lo que ésta ha luchado, y eso, era algo que no quería arrebatarle.

De la misma manera Clark consintió que Bruce llevase las operaciones de la empresa con la misma normalidad como hasta entonces había hecho, en representación suya, de esa manera el murciélago podría seguir en contacto con el patrimonio de sus padres sin ningún problema, en cuanto al Alfa, como el nuevo copropietario de Industrias Wayne, estaría a su lado y le apoyaría en todo lo que necesitase, al igual que seguiría laborando en el Daily Planet, con la excepción de que ahora se presentaría solo de manera ocasional, pues a diferencia de lo que la gente creería, a él realmente le gustaba su profesión como periodista y no quería dejarlo por completo.

Los medios y la sociedad no tardaron en catalogar sus acciones como descabelladas, pues no podían entender como el ahora nuevo dueño de la fortuna Wayne, no se aprovechase de ésta y menos aún como podía tomar la semejante decisión de mantenerse en un puesto de trabajo de menor categoría que, a ojos de la gente, era indigno para un Alfa de su ahora nueva posición.

No obstante, con el paso de los años, su manera de hacer las cosas comenzó a ser, talvez no completamente aceptada, pero si tolerada, y aun cuando todavía eran motivo de habladurías y chismes, para ellos, le eran por demás irrelevantes.

. — ¡Wao! — dijo el menor al terminar de mirar el interior de la gran oficina, y yendo directo a la silla de su padre, se sentó en ésta, sintiéndose como un gran ejecutivo como su progenitor, aunque fuese solo por esos segundos.

. — Me alegra que te guste. — menciono Bruce al escuchar las risas que su hijo dejaba salir mientras miraba todo a su alrededor.

Jon solo asintió feliz. — Todo es asombroso. —

Bruce solo rio por lo bajo ante el comentario, sin duda, éste sería uno de los mejores días de trabajo de su vida.

Ahora solo podía desear, que Clark tuviese la misma suerte.


Continuara..........


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Hola gente bella :D

Por fin actualización!!! yeiii

Que tal les ha parecido?, cualquier comentario o critica es bien recibida.

Los leere gustosa :D

Nos vemos pronto.

Dilema FamiliarDär berättelser lever. Upptäck nu