Después De La Muerte | MiChaeng |

21; Se acabó

-Si algo malo va a pasar, es mejor que pase de una vez -su lógica tenía sentido, no podía retrasar más las cosas.

-Quédate aquí, por si Nayeon llega o algo así -le di indicaciones y saque mis llaves del bolsillo de mis jeans.

Entre a la casa tratando de no hacer mucho ruido, el coche de Akira no estaba, así que podía suponer que ellos no estaban en casa.

Pude escuchar música que provenía del cuarto de Miyeon, así que me apure en subir hasta allá, puede que ella fuese la única que estuviera ahí. Era viernes en la noche y ella nunca salía.

-¿Puedo pasar? -asome mi cabeza por la puerta que estaba entreabierta, ella estaba acostado boca abajo en su cama,  haciendo que él se sobresaltara.

-¡Joder! Me asustaste -cerró su libro y se sentó de manera correcta- ¿qué estás haciendo aquí?

-Tenía que hablar contigo, ¿puedo pasar? -volví a preguntar una vez mas, ella asintió no muy seguro.

Entre a su cuarto, hace bastante que no lo hacía, me senté en la silla de su escritorio, quedándonos en silencio por un rato.

-Creí que ya no vendrías más -me decía con la mirada en el piso.

-Tenía que hacerlo -le conteste, haciendo de nuevo un silencio incómodo.

-Entonces, ¿es verdad? -me preguntó después de un rato. Sabía a lo que se refería, ya no podía ocultárselo más, sería inútil.

-Lo siento, Miyeon, no podía decirte nada, ni a ti, ni a nadie... -iba a seguir hablando cuando ella soltó a llorar.

-¡Mina! -se levanto de su cama para abrazarme a lo cual no pude negarme- No puedo creerlo, algo me lo decía, pero era una locura, no puede ser verdad, ¡esto es un milagro! ¿A los cuantos años te hiciste tu cicatriz en la ceja? -me preguntó haciendo que lo mirara confundido.

-¿Qué?

-¡Sólo dime a los cuantos años!

-A los 6 -conteste y ella me volvió a abrazar.

Estuvimos así por un buen rato, hasta que tuve que deshacer el abrazo.

-¿Cómo es que pasó esto? -me miraba de arriba a abajo con los ojos rojos.

-Quisiera explicarte, pero no hay tiempo, ¿dijiste algo a mis padres o a Chris? -le pregunte con miedo a la respuesta.

-No, no lo hice -sentí como un gran peso de encima era quitado de mis hombros, sentí que pude respirar tranquilamente- Algo me decía que no podía hacerlo, me iban a tachar de loca, incluso yo creo que me estaba volviendo loca.

Iba a seguir hablando, hasta que escuche la voz de Jihyo desde afuera. Fui hasta la ventana del cuarto de Miyeon y ahí estaba;

-¡Nayeon! -grite para después bajar corriendo hasta la cochera. Miyeon iba siguiéndome sin saber de qué se trataba.

-¡Minho! -Corrí hasta ella para poder abrazarla como nunca, ella desaparecía de esa manera, pero nunca me había asustado como esta vez. Era un sentimiento horrible.

-¿Dónde te habías metido? -sentía las lágrimas que se acumulaban en mis ojos.

-Tuve que irme, lo vi Minho, fue horrible -se puso a llorar en mi hombro- y cuando lo hice, Namjoon no me dejo regresar hasta que...

-¿Hasta qué...?

-Hasta que supieras que Miyeon no dijo nada a tus padres -me explicaba y no entendía nada, al igual que Jihyo y mi hermana- ¡Podemos quedarnos!

-¿¡Qué!? ¿Hablas en serio? -la volví a abrazar, sin poder creerlo, Jihyo se unió rápidamente al abrazo.

-Nadie en el cielo se enteró de lo que pasó, solo Namjoon y espero a ver qué Miyeon no dijera nada para poder decidir ¡si nos quedábamos o no! -la emoción de Nayeon emocionaba a todos ahí. Rápidamente abrace a Miyeon por su inseguridad y no haber contado nada.

-¿Ahora qué sigue? -le pregunte a Nayeon aún con la emoción a todo lo que daba.

-¡Ve por Chaeyoung! ¡Dile que te quedas!

No necesito decir que fui corriendo hasta allá.

-

Narrador

Casi media noche, Chaeyoung no encontraba a Jihyo, ni a Minho, ni a nadie, estaba junto a San, que aunque no era una de las mejores compañías, la hacía sentir menos sola.

Iba en su vaso número 9, Vodka con Coca Cola, el aire fresco del exterior la hacía sentir relajada, ya no le importaba que había besado a Minho y él se había ido, dejándola como si fuera cualquier persona, tampoco le importaba que Jihyo lo hubiese llamado Mina por error.
Tampoco le importaba que Mina seguía muerta y eso no iba a cambiar nunca.

No le importaba nada.

-¿Te sientes bien, Chaeyoung? -le preguntó San, ambos estában sentados en la escalera de la entrada de la casa.

-Perfectamente -le sonrió- solo que, no entiendo dónde están todos.

-Estoy yo aquí, eso debe de servirte.

-Gracias San, han pasado muchas cosas últimamente que había olvidado lo bien que me caes -empezó a reír, haciéndole reír a él también.

-Tú también me caes muy bien, Chae, demasiado -se acercó más a ella haciéndole familiar el contacto.

-San, ya hemos hablado de...

-No, no, escucha -la silencio- Me gustas demasiado Chaeyoung, y he tratado de llamar tu atención demasiadas veces y estoy cansado de intentarlo... sé nota a kilómetros que te gusta ese tal Minho, pero quiero que sepas que yo puedo tratarte mejor.

-¿De lo que él puede? -rio levemente- He escuchado esa canción, San, no te preocupes, creo que eres lindo.

-¿En serio? -le preguntó incrédulo mientras veía como sus ojos se le iluminaban.

-Seguro, eres lo que cualquier mujer quisiera -su estado de ebriedad estaba subiendo rápidamente, era ridiculo incluso.

-¿Puedo pedirte un favor? -le preguntó y ella asentía bebiendo de su vaso- ¿Puedo besarte?

¿Qué podía pasar? Minho se había ido, justo cuando se estaba sincerando con él.

-No veo por qué no.

Y se besaron, no era nada comparado con Minho, pero se sentía acompañada, querida.

Lo que Chaeyoung no sabía era que en ese momento Minho había llegado, dispuesto a seguir con su nueva vida junto con ella.

-

Lo había visto todo, Chaeyoung y San.

Aparentemente, no significaba nada para ella.

Había dejado la fiesta con el corazón entre las manos, se sentía incluso idiota por pensar que Chaeyoung podría estar con una persona que le recordara tanto a Mina.

-Yo no estés así Minho, puede que hayas visto mal -le animaba Nayeon desde la cama donde ambos estaban sentados.

-No Nayeon, vi perfectamente -secaba sus lagrimas con la palma de su mano- Se acabo.

-¿A qué te refieres?

-Llama a Namjoon, volveremos al cielo.

-