9; Los mensajes

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Minho (Mina)

Subimos al coche, Nayeon y yo en completo silencio, nos abrochamos el cinturón y nadie de los dos dijo nada en los siguientes 3 minutos.

-¿Ahora la gente también te puede ver? -fue lo primero que le pregunte a Nayeon para romper aquel silencio incómodo.

-¿Qué es lo que querías? ¿Qué te dejara ahí y abrieras tu bocota? -me contestó de manera enojada, lo cual me sorprendió ya que la mayoría del tiempo ella estaba sonriendo.

-Yo no iba a abrir la boca -agache la mirada apretando el volante del auto.

-Oh sí que lo ibas a hacer -río mientras negaba con la cabeza- Llevas aquí un día, UN DÍA y ya quieres tirarlo todo por la borda. No solo se trata de ti, Mina, esto también se trata sobre mi... tengo que cuidarte -esto último lo dijo casi en un susurro.

-Lo siento, Nayeon... -fue lo único que pude decir.

-Van a creer que estas loco -volvió a negar con la cabeza- ¿Qué haremos ahora?

-No fue mi intención -dije sinceramente- No controle lo que estaba diciendo...

-Y todavía se te ocurre ponerte a beber, ¿es en serio? Aún no lo digiero...

-¡Ya dije que lo siento, Nayeon! -subí el tono de mi voz arrepintiéndome al instante.

-Y para colmo, me gritas -sollozo con las manos en su cara- Una no muere para después ser un ángel y le toque alguien como tú -volvió a sollozar más ruidosamente.

-Yo... Nayeon, no quise hacerlo...en verdad, yo... -estaba tartamudeando de lo arrepentido que estaba.

-Cállate y conduce -dijo volviendo a ponerse sería, dejándome a mi aún más confundido.

-¿Es en serio? -pregunte casi sin creerlo, me había estafado, no estaba llorando de verdad.

-Tal vez eso te sirva de lección.

-¿Ese tipo de cosas son tus "castigos"? -pregunte y ella asintió muy orgullosa sin mirarme- Deberías ser un poco más cruel, Nayeon.

-Aún sigo molesta contigo, cuida tu distancia conmigo -dijo y yo voltee los ojos frustrado.

-¿Puedo hacerte una pregunta, al menos? -pregunte y ella volvió a asentir- ¿todos pueden verte ahora?

-Solo cuando sea necesario... supongo que ahora tendré que ir al instituto contigo de ahora en adelante... no puedo arriesgarme a que metas la pata y te manden derechito al cielo de nuevo...

-Y tú pierdas tus alas por completo -dije por ella.

-Exacto -asintió sin mirarme aún.

-¿Puedes perdonarme, Nayeon? -le pregunte con carita de cachorrito, ella pudo mirarme después de eso.

-¿Tengo otra opción? -contestó sin aguantarse la sonrisa que salía de sus labios. Sin duda era un ángel, y no me cabía la menor duda.

-

Cuando llegue a casa todo estaba apagado, saque las llaves del bolsillo de mis pantalones y la introduje en la cerradura.
Cuando entre, todo estaba en total silencio, luces apagadas y el aire se sentía frío.
Camine lentamente tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie, conocía esa casa como la palma de mi mano, así que no era nada difícil.

Estaba a punto de entrar a lo que era mi habitación cuando escuche una puerta abrirse.

-¿Quién demonios eres tú? -dijo Chris que estaba parado junto al lumbral de su puerta. Había conducido lo más rápido que podía para llegar más rápido que él, y al parecer falle.

Después De La Muerte | MiChaeng |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora