-Si te vas a despedir de Chaeyoung, puedes decirle quién eres, ¿no es así? -preguntó Jihyo y mire rápidamente a Nayeon esperando que ella contestase.

-Seria muy arriesgado, nos pueden castigar aún peor en el cielo, será mejor que dejemos todo así -contestó.

-Deberíamos irnos y prepararnos para esta noche -les dije a ambas levantándome de donde estaba, secando mis lagrimas con la palma de mi mano- Espero verte ahí, Jihyo -le dije pero ella asintió sin mirarme.

-Conocemos la salida, no te levantes -Y salimos de su habitación al igual que de su casa.

-

Namjoon

Lo había hecho.

Lo había dicho.

Caminaba por el jardín viendo a Momo jugar con algunos niños en la fuente, ella no parecía darse cuenta de todo lo que estaba pasando en la tierra ahora mismo, ¿tenía que decirle?

La única que quería a Mina en el cielo era ella, ya que El Jefe no parecía tomarle importancia, siempre y cuando ella mantuviera su boca cerrada, cosa que no hizo. La decisión estaba en mi, a menos que Momo se enterara que Mina lo había confesado.

Había dos cosas;

Si la dejaba en la tierra, todos se darían cuenta de lo que pasaba aquí arriba, a menos que Mina pueda llegar a un acuerdo con su hermana, un acuerdo de silencio.

Si eso pasaba, podía dejarla ahí, y nadie tendría que enterarse de nada.

Y si la traía de vuelta al cielo, ella pasaría toda su eternidad arrepintiéndose por su error, sin contar que Nayeon perdería sus alas para siempre y se le quitaría el título de Angel, sin oportunidad de convertirse algún día en Arcángel.

¿Que debía hacer?

Minho tenía la oportunidad de hablar de nuevo con Miyeon y llegar a un acuerdo que no ponga en riesgo las creencias del cielo y el reino de los cielos. Esperaba que él fuese un poco más listo y se pueda dar cuenta del poder que tenía en sus manos.

No había hablado con Nayeon, podía aconsejarla sobre qué hacer pero, ella no daba ni sus luces por aquí desde que dejamos que los mortales la vieran.

Por qué para ser sinceros, no podía pensar en otra persona que mereciera más vivir que Im Nayeon, y Myoui Mina, incluso si no era a la manera que ellas quisieran.

-

Miyeon

¿Quién se creía ese tipo? ¿Qué clase de enfermo era?

No había querido salir de mi cuarto desde que llegue de la escuela, mi mente parecía una laguna.

Él tenía todos los rasgos físicos de Mina, sus ojos, sus cejas, la pequeña cicatriz en la ceja, incluso su voz era parecida.

A simple vista no te darías cuenta si él fuese ella, pero cuando lo piensas, tiene todo para serlo.

Tome una de las fotos que tenía con Mina en mi tocador y me dediqué a mirarla por un buen rato.

-Dame una maldita señal, Dios, ¿por qué no puedes descansar en paz? -le hablaba a la foto como si ella fuese a responderme.

Escuche que tocaban la puerta y me levante de la cama rápidamente secando mis lagrimas.

-Hija, la cena ya está... -paro de hablar al verme con los ojos rojos- ¿estás bien? -negué con la cabeza empezando a llorar de nuevo- ¿Qué es lo que pasa, amor?

Después De La Muerte | MiChaeng |Where stories live. Discover now