-No deberías, recuerda que yo te mate -dijo riendo mientras yo le dedicaba una mirada sería.

-Mal chiste -le golpeé levemente el brazo- Vamos, si más rápido entramos, mejor.

Baje del auto, cruce la calle con cuidado, uno nunca sabe cuando los ángeles se equivocan y te matan por error.

Toque la puerta de la entrada, ya que mi mamá aún no me daba llaves, dijo que ocupaba saber si podía confiar en mí, tal vez pensaba que era un ladron o algo por el estilo.

-Minho -dijo Sachiko en cuanto abrió la puerta -Siento por no darte llaves aún.

-No se preocupe señora Myoui, está bien, yo tampoco confiaría en alguien tan rápido.

-Pronto te las daremos -me sonrió- Pasa, quiero que conozcas a los demás -dijo haciéndome un espacio en la puerta para que pudiera entrar.

-¿Cómo estuvo la escuela? -preguntó interesada mientras nos dirigíamos a la sala, lo cual me sorprendió.

-Estuvo bien -conteste nervioso- De hecho, ya hasta estoy invitado a una fiesta, claro, si usted permite que pueda ir -dije en tono respetuoso.

-No somos tus padres, Minho -Ouch, eso dolió- Te daremos las llaves para que puedas venir sin preocuparte.

-Esta bien, entonces -me encogí de hombros.

Llegamos a la sala de la casa y justamente ahí estaba mi papá, en su sillón declinable justo como lo recordaba, con una cerveza a un lado y el control remoto del otro, tenía unas ganas inmensas de llegar ahí y abrazarle, esto era básica una tortura.

-Akira, quiero presentarte a... Minho, él acaba de rentar el cuarto sobrante hoy en la mañana -dijo Sachiko para que después Akira se levantara del sillón a darme la mano.

-Hola muchacho -me dio un estrechon lento, ya que se dedicó a inspeccionarme de pies a cabeza, parándose justamente en la pequeña cicatriz que tenía en la frente- Soy Akira Myoui.

-Mucho gusto señor -le respondí el saludo nervioso, mi voz se entrecortaba un poco.

-Sientete como en tu casa, me dijo Sachiko que estudias aquí cerca, así que no hay mucho problema -dijo mientras volvía a tomar asiento. Yo hice lo mismo al ver que quería sacarme platica. Sachiko también tomó su lugar en el sillón del otro extremo de la sala.

-Así es, solo necesito un cuarto y es todo.

-¿Y qué hay de tus padres? -me preguntó interesado.

-Ellos pues... se quedaron en Corea -conteste nervioso, no había tenido tiempo de pensar en inventar padres falsos.

-Oh, entonces eres coreano -hizo un gesto de sorpresa- Aquí somos todos japoneses.

-De hecho, tengo descendencia japonesa -le dije para al menos alguna partícula de su ser se pudiera dar cuenta de quién era.

-¿En verdad? Entonces, supongo que hablas japonés también.

-Así es, no lo hablo mucho por que casi no lo usábamos en casa, así que... -Respondí hablando en japonés, tratando de que se escuchara un poco mal.

-Todo el acento japonés... me gusta, incluso me recuerdas a mi hija -dijo como si nada.

-¿Ah sí? ¿Dónde está ella? -me hice el desentendido.

-Ella falleció hace un mes -contestó secamente, Sachiko sólo agacho la mirada.

-Lo siento, en verdad...

-No te preocupes, sé que Mina nos cuida ahora -sonrío melancólicamente.

-Eh, Minho, dijiste algo sobre una fiesta esta noche -intervino Sachiko- ¿a qué hora es?

Después De La Muerte | MiChaeng |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora