Por volvernos a ver

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Las horas pasaron y Shinichi decidió que trataría de comer esta vez con su familia en vez de dormirse e ignorarlos. Por suerte Ran estaba ocupada hoy, así que no estaba en el hospital. Cuando sus padres vieron que su hijo tomó su charola de comida y comenzó a alimentarse se quedaron boquiabiertos, lo miraron con incredulidad y por supuesto que Shinichi lo notó, se sentía mal, pero no podía evitar sentirse inquieto por todos los ojos que estaban sobre él en este momento. Así que soltó su cucharada de sopa–. ¿Sucede algo? –preguntó levantando una de sus cejas, sus padres comenzaron a negar rápidamente acomodándose.

– No, para nada. –Contestó su padre, acomodando sus lentes–. Es sólo que hace mucho que tú... que... bueno, te veía comer.

Shinichi los miró durante unos segundos– Sí, –volteó hacia abajo–. Es sólo que... sé que no he estado cuidando bien de mí, me he saltado comidas y sé que el hecho de que me haya... sucedido lo de ayer fue en parte mi culpa. –Shinichi observó las agujas en sus muñecas antes de negar–. No, en realidad toda esta situación es mi culpa, yo mismo busqué terminar así, padres, lo siento mucho, prometo que trataré de dar lo mejor de mí...

Yukiko se levantó de inmediato, yendo a abrazar a su bebé lo más rápido posible–. Por supuesto que no, Shin-chan, no tienes que disculparte porque no fue tu culpa –dijo apretándolo un poco más.

– Pero si hubiera tenido má-

– Shinichi, –lo interrumpió–. Nadie pudo haber adivinado que esos hombres serían parte de una gran organización criminal, ni que te darían un medicamento que te encogería y que la cura resultará terminando así, nada de esto es tu culpa. Además, si nosotros hubiéramos estado contigo desde el inicio no habría sucedido nada de esto... –la voz de su madre sonaba llena de arrepentimiento y los dedos de Shinichi temblaban en su espalda–. Yo debería ser la que te pide disculpas, nunca debí dejarte viviendo aquí sólo, ¿qué clase de madre soy? –ahora estaba completamente seguro de que su madre estaba llorando, la amarga sensación se extendió en toda la sala y Shinichi no podía aguantarla por mucho más tiempo.

– Mamá... yo fui el único que tomó la decisión de quedarme, siempre me pidieron que fuera con ustedes y yo siempre me negué. Yo no podría pedir una mejor madre que tú, mamá. Además, siempre me dieron su apoyo, no necesito estar con ustedes para saber que siempre los voy a tener para mí. ¿De acuerdo, mamá?

Su padre se acercó y colocó su mano derecha sobre el hombro de Shinichi, haciendo que este levantará su mirada. El escritor le sonrió completamente orgulloso–. Así es, ninguno en esta habitación tuvo la culpa de nada, ahora lo que tenemos que hacer es ser fuertes y confrontar esta situación con lo mejor que tengamos. Sé que si estamos unidos podemos superar lo que sea.

Su madre se separó lentamente de su abrazó, volteando a ver a su esposo y a su hijo, asintió lentamente– No sé qué hice para merecerlos. –confesó y ambos le sonrieron de vuelta.

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Durante esa misma tarde consiguió un permiso para salir e ir a hablar con Heiji. Su moreno mejor amigo había querido venir y, de ser posible, quedarse a dormir cada día con Shinichi dentro del hospital ("Para cuidarte" decía él.) Aun así, Heiji no había podido venir tanto como le gustaría.

No, Heiji había estado bastante ocupado a pesar de que estaban en plenas vacaciones– ¡Kudou! –Gritaba tras la línea–. ¿Cómo estás?

Y Shinichi no pensaba hablarle sobre el incidente de su desmayó–. Algo mejor. –se limitó a decir.

– ¡Me alegra! De verdad quisiera ir a verte, Kudou. Pero este caso terminó siendo mucho más complicado de lo que creí. Incluso el FBI está envuelto ahora mismo.

Luz de lunaWhere stories live. Discover now