Una Ruta Distinta- Hotch x Reid Fanfic-TOMO1

Un doctor cuestionable

El escapista empezó a golpetear el mostrador con los dedos una y otra vez, denotando su desesperación por no obtener las llaves, Mark por su parte se daba el lujo de actuar aun más lento que de costumbre- Dime; el día que por algún milagro sientes cabeza... ¿qué clase de consejos le darás a tu hijo? ¿Cómo ser un promiscuo sin correr riesgos?- ante ese cuestionamiento, el pelinegro  le arrebató sus llaves en cuanto las tuvo enfrente- ¿Y quién rayos te dice que quiero una familia? - el hombre con barba de candado dibujó una leve sonrisa pero esta vez no en el sentido burlón sino de lástima.

- Síguete engañando a ti mismo amigo; es obvio que te sientes vacío, pero no importa a cuántas mujeres logres llevar a la cama, si ninguna te complementa en verdad de nada va a servir- tras oír esto último, el acusado optó por liberar un bufido e ignorar al recepcionista, dio media vuelta y con paso veloz consiguió escapar.

Mark nuevamente negó con la cabeza; sabía bien que no importaba cuántas veces tratara de hacerlo razonar o brindarle discursos de moralidad...

El Dr. Danniel Nyland ya no tenía arreglo alguno y seguramente, esa actitud corrompida había estado presente desde que cumplió los 15 años.

Si bien llevaba alrededor de 4 años tratándolo como uno de sus "clientes frecuentes" y de vez en cuando bromeando con él, Mark aceptaba que poco sabía de el hombre más allá de ser un playboy de segunda y un médico extrañamente reconocido en uno de los mejores hospitales de la ciudad. También le costaba entender cómo una persona estudiada y que denotaba a todas luces poseer un estatus económico envidiable podía caer a cada rato por sus impulsos carnales y casi siempre darle prioridad a estos, sin importarle mucho las consecuencias que le podría generar en su empleo.

Es más; podría apostar todo lo ganado la noche anterior que en su camino al trabajo ya estaba revisando sus cuentas de distintas páginas de citas como Tinder para encontrar una nueva "conquista"- o aventura- para al menos no aburrirse el fin de semana.

Y no se equivocaba...

- Mierda... tres llamadas perdidas, no hay duda que estoy en problemas ¡y para colmo no hay respuesta alguna en mi cuenta de Tinder! ¡¿Por qué demonios?! ¡Yo jamás he pasado tantos días sin recibir algo!- exclamaba Danny mientras revisaba el móvil y tocaba vulgarmente el claxon de su vehículo al notar como un autobús tardaba en avanzar- Joder... no debería preocuparme de eso ahora, lo importante es: ¿qué rayos voy a decir cuando llegue? Como sea si las dos chicas no se presentan no me interesa ¿pero yo qué puedo decir para excusarme?- exclamó en tono arrogante antes de dar un brinco por el susto y darse cuenta que recibía una llamada nueva, justo de parte de quien menos quería.

Dudó unos segundos viendo la pantalla, tratando de maquinar algo que le ayudara a salir de su embrollo, sin embargo su mente estaba completamente en blanco y los nervios que surgieron tras escuchar un montón de conductores gritándole que ahora fuera él quien avanzara no ayudaban nada.

Tras pisar el acelerador; consideró que no había vuelta atrás así que con voz insegura y leve temblor en su mano atendió la llamada- Eh... ¿Aló?- pronto la voz del otro lado del teléfono cuestionó exaltada- ¿"Aló? ¿Desde cuándo usas ese tono snob?- Danny apretó un poco los labios- Oh Phillip eres tú...- exclamó esto último fingiendo sorpresa.

- No te hagas el tonto conmigo Danniel; más te vale que estés aquí en menos de 10 minutos en mi oficina o verás- amenazó el hombre con voz ronca para en seguida colgar, logrando que el acusado sólo cerrara un ojo como respuesta- Sí; definitivamente estoy jodido- expresó encogiéndose de hombros.

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No supo bien cómo lo consiguió aun sin pasarse altos; pero el Dr. logró llegar a tiempo al hospital ahora sí concentrándose por completo en dirigirse a la oficina de su ahora jefe de sección- con quien a penas unos meses atrás aun compartía el mismo status- para lograrlo, se atrevió incluso a ignorar a unos cuantos de sus compañeros que le veían con vergüenza o querían reprenderlo, conservando como siempre su orgullo y arrogancia.