Hora de lucirse

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El día de la fiesta había llegado. Vegetta se encontraba organizando los últimos detalles junto a Luzu.

-Me a dicho un pajarito que has invitado a los chavales nuevos- dijo Luzu.

-¿Algun problema?- dijo Vegetta frunciendo el seño.

-Para nada, solo se me hace interesante- dijo Luzu pícaro.

-Son nuevos y frecuentan mi casino así que me gustaría conocerlos, nada más- dijo este serio.

-Querido Vegettita ¿se te olvida que se que se pasa por tu cabeza?-

-Que no es nada Luzu-

-Que va, si lo único en lo que piensas es en lo adorable que es el chico, que para tu información le gusta que le digan Rubius no Ruben- dijo Luzu riendo.

-Primero que nada sal de mi cabeza, segundo ¿qué tanto sabes de él?- preguntó claramente interesado.

-Él y Mangel son mejores amigos de la infancia, vienen de la misma ciudad que nosotros, es otaku a muerte fan de dragon ball y todo eso. A sí y que es gay- respondio Luzu sonriente.

-Deberías ser mi jefe de espías- dijo riendo.

-Yo soy tu jefe de espías- dijo guiñando un ojo.

*

Por otro lado en el pueblo Rubius y Mangel se preparaban para la fiesta de Vegetta.

-¿Con esto me veo muy puto?- preguntó Rubius mientras se miraba al espejo.

-Es una remera que muestra tu abdomen al completo y los pantalones son súper ajustados ¿tu que crees?- dijo Mangel fastidiado.
Ya habían pasado por todas las fases de Ruben y a este aun no le convencía ninguna.

-Creo que ire con el buzo blanco de manga larga, y los pantalones negros deportivos que me marcan el culo- dijo mientras seguia revolviendo su ropa.

-¿Te refieres al buzo que muestra más de la mitad de tu abdomen y tiene una capucha con orejas?-

-Exacto y así me ahorro llevar el gorro-

-Vale. ¿Vamos saliendo? Siento que si no llegaremos tardé-

-Va, dame un segundo más-

Quince minutos después se encontraban camino a la mansión, llegaron al elevador y se encontraron con un guardia que posiblemente media más de 2m de altura.

-La carta- dijo completamente serio.

Rubius se la entrego y a los segundos de encontraban en la isla. Las vistas eran sorprendentes, la gran isla estaba rodeada por una gran muralla y en el centro una puerta gigante que se encontraba abierta. En el interior había una mansión enorme, a la derecha una casa en el árbol y a la izquierda un jardín enorme.

-Esto es una locura- murmuró Rubius.

-Los rumores dicen que la construyó el mismísimo Vegetta con tan solo la ayuda de un par de amigos- dijo Mangel.

-Ese tío esta loquísimo- dijo Rubius.

-Ya ves si esta loquísimo- le confirmo un hombre desde detrás de ellos.

Ambos se giraron entre asustados y confundidos.

-Soy Fargan y bienvenidos a lo que seguramente será la mejor fiesta de su vida- se presento el hombre con máscara de búho.

-Un gusto soy Rubius y el es Mangel-

-Hola...-

-Pues nada, disfrutad de la fiesta chavales-

La Bestia Interior (Rubegetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora