Él suspiró apoyando sus manos en el respaldo de la silla sin apartar la mirada de Mark. 

-Louis- Dijo Anne con un tono de voz menos entusiasmado, sin desviar la vista hacia mí casi- ¿Tú estás dispuesto a seguir? 

Quería decir que no. Que no aguantaba esa clase de insultos y burlas a mi persona, esa clase de abusos como si fuera un juguete y que para nada todo el dinero del mundo iba a pagar el dolor que sentía y había sentido en mi pecho. Zayn me diría que lo dejara, que no siguiera con esa mierda haciendo la bola cada vez más grande porque al final me aplastará y, maldita sea, lo hará tan fuerte que me dolerá más que nada en el mundo. 

Pero la mirada de Harry en mí, pidiéndome por favor que me quedara a su lado y no lo dejara, suplicando casi con algo similar a la telepatía que le siguiera acompañando en sus locuras, comiendo galletas y hablando sobre el tiempo. 

No sólo era por él, necesitaba el dinero y después de lo que había pasado la noche anterior, mucho más. 

-Sí- Dije firme- Y sin condiciones. 

Ella asintió lentamente y suspiró apoyando su espalda en la silla, pensando realmente en lo que tenía que hacer. 

-Muy bien, podemos hacer de esto un malentendido, como si nada hubiera pasado. ¿Bien? 

Harry soltó una carcajada sarcástica y se dió la vuelta, saliendo de la sala justo en ese momento. 

No me di cuenta de la verdadera seguridad que me ofrecía su presencia hasta que se marchó de mi lado dejándome solo ahí. 

Asentí sin pensarlo, queriendo salir de ahí lo más rápido que me fuera posible pero sin poder hacerlo en minutos que se vivieron en horas en mi interior. 

Cuando conseguí salir, Harry me miró y comenzó a caminar escaleras arriba con lentitud, esperándome. 

Lo seguí notando como los demás me observaban, sin saber muy bien qué hacía ni a qué estaba jugando con él. Ni yo mismo lo sabía. 

Me sitúe a su lado, guardando las manos en mis bolsillos mientras él seguía subiendo escaleras ahora acompañado por mi presencia fantasmal.

Caminó hacia su habitación en silencio y abrió pasando él primero, dejando la puerta abierta para que yo me inundara en ese ambiente cálido y familiar con él. Lo hice, sin pensar, pero obviamente que lo hice. 

Cerré la puerta mirándolo, los nervios lo atacaban y sus manos se paseaban por su pelo suelto, acariciándolo sin saber muy bien cómo actuar. 

-Le ha faltado decir que os dierais un abrazo y cada uno a vuestra casa. Esto es serio Louis, no puede acabar así… 

-Señor yo, de verdad, no quiero más problemas y prefiero dejarlo así. 

Él se giró a mirarme, por una parte atónito pero por otra entendiendo perfectamente cada palabra que salía por mi boca. 

Los dos sabíamos que mi presencia en esa casa era cada vez más fantasmal y que cualquier tontería podría mandarme a la calle en un abrir y cerrar de ojos. No sólo eso, sino que también podría meterlo en problemas a él, aún más de los que ya tiene…

Los Styles eran una familia conocida por todo el barrio adinerado. Se manejaban con soltura sobre todo tipo de problemas y tocaban tanto dinero al día que todo parecía insignificante bajo su vista y, por mucho que quisiera o no, eso también pasaba con Harry. 

Su madre nunca dejaría que alguien como yo pudiera interferir en su vida, mucho menos en el futuro de una familia entera y no una familia normal, la familia Styles, la maldita familia Styles. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora