CAP. 4.

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Entré en la cocina escuchando los cánticos leves y dulces de Tina, que sonrió nada más verme parando lo que estaba haciendo. 

-Hola Louis, ¿En qué te ayudo? 

-Hola. Venía a por galletas, pensábamos jugar a algo pero nos ha entrado hambre. 

Ella soltó una leve carcajada y caminó hasta un cajón, abriéndolo para ver el paraíso en las personas golosas. 

-Toma, estas son las favoritas de Harry. 

Agradecí agarrando las galletas y saliendo de ahí volviendo por dónde había venido, llegando a la habitación de Harry en poco tiempo. 

La verdad era que esa casa parecía un laberinto, de hecho, al principio no podía dar ni dos pasos sin sentir inseguridad en todo lo que hacía, no es que ahora no me pase, pero se va superando poco a poco.

Esperé su orden y entré cerrando detrás mía viendo como sonreía agarrando un bolígrafo. 

-Me han dicho que son sus favoritas. 

-Oh, estoy seguro de que cuando las pruebes también serán las tuyas. 

Dejé el paquete de galletas en la mesa y él lo agarró cuando habían pasado unos segundos, abriéndolo y comenzando a comer una con demasiada ansia. 

Le imité y me quedé asombrado. Semejante obra de arte debería de costar por lo menos la casa entera, como mínimo.

-¿A qué jugamos? 

-Vale- Dije agarrando un papel y otro bolígrafo mientras me acababa la galleta- Se trata de escribir preguntas. Luego las mezclamos todas y las ponemos boca abajo. Elegimos una y la contestamos, da igual si es la que has hecho tú o el otro. 

Él asintió lentamente regalándome una pequeña sonrisa y recogiendo su pelo en un pequeño moño, con una goma de pelo negra. 

-¿Cuántas? 

-No sé, ¿Quiere empezar con 3 cada uno? 

-Vale, 3. 

Comencé a escribir sabiendo a la perfección qué preguntar. 

La verdad que cuando Zayn me dió la idea del juego no supe muy bien si a Harry le gustaría o no, a decir verdad, a mí tampoco es que me encantara pero me negaba a pasarme la tarde mirando a la pared. 

Dejé el bolígrafo en la mesa y esperé un par de segundos hasta que él me imitó, esperando a que yo moviera los papeles ya boca abajo. 

Los moví hasta no tener ni idea de dónde podrían estar los míos y me separé después indicando que él empezaba. 

-Se requiere sinceridad- Dije con sorna. 

-Lo mismo digo. 

Agarró un papel y lo leyó en voz alta, pausadamente y con una claridad envidiable. En ese mismo momento supe que seguramente le hubieran enseñado a hacer eso desde que tenía memoria. 

-Esta es mía- Dijo aclarando su garganta después- ¿Si pudieras irte a vivir a cualquier sitio del mundo sin importar la familia o los lujos, dónde sería?- Pareció pensárselo un poco pero contestó relativamente pronto- Bueno, me gusta la lluvia, pero no durante muchos días seguidos por lo que me iría a un lugar con sol. Me gusta la playa y el primer lugar que se me viene a la mente es Hawaii, así que Hawaii. ¿Tú? 

-Pues… Hawaii me gusta, es una isla bonita, tiene mucha historia. 

Él asintió extendiendo los papeles de nuevo. Elegí el que estaba más cercano a mí y lo leí sin tanta experiencia como él. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora