Extra 5: Piedad.

16.2K 1.6K 178
                                    


Soy un demonio.

Alguien creado para hacer del mundo un infierno. Renací para ello. Sin embargo no pude atropellar a una mortal. Le perdoné la vida la noche anterior y ahora se la he salvado, mi padre dejaría de llamar hijo si supiera que frené el coche y no la maté. Walker ni siquiera la vio, tampoco la recordaba, pero yo si.

Sus ojos se clavaron en los de Walker y acto seguido su amiga la abrazó. Él no era capaz de entender porqué su pierna pisó el freno, en cierto modo yo tampoco. No eramos conscientes de quien era ella ni de lo que haría después con el frágil y necesitado de afecto, Myke Walker.

La policía los detuvo a los dos y tuvieron que compartir el asiento de atrás del coche. Él la miraba, ella por muy tierna que pudiera parecer con su bonito rostro, yo pude notar que en su interior habitaban los deseos de ser rebelde y liberada del peso de ser una riquilla. Entonces recordé las palabras de mi padre, el hilo rojo y a todo lo que se refería con ello. Una vez más no le di ninguna importancia, solamente le había dado una segunda oportunidad, yo, empecé a tener deseos de matarla con mis propias manos por el peligro que significaba para mi haber tenido piedad de alguien.

El tiempo pasaba lento dentro del calabozo. La gente no dejaba de gritar y el propio Walker acabó perdiendo la paciencia, toda su vida sintiendo dolor de cabeza lo había llevado a no soportar ningún ruido fuerte, eso lo destrozaba. Alguien lo enfrentó y por primera vez sintió en lo más profundo de su ser, deseos de despertarme. Por fin después de tanto me abría cada vez más la puerta.

Ella saltó con uno de sus comentarios, Walker la miró, ya empezaba a recordarla, poco antes la vio salir de su instituto. Para él solo es la chica que se puso nerviosa cuando le mostró una sonrisa. Era ella quien lo observaba, después de quejarse y evitar la mirada de Myke, no pudo evitar caer en la tentación de observarlo. Hablaba de su mejor amiga, comentaban sobre el imbécil que casi la atropella, pero su mejor amiga insistía en lo que a ella le parecía el chico más atractivo del calabozo, era una tía un poco rara e insistente, pero no más que la chica de pelo largo y castaño.

Kendo apareció para distraerlo.

— Dos años desde la última y justamente hoy ocurre esta mierda.—Le Walker dijo quejándose

— Estos tíos nos tenían fichados. — Se defendió inútilmente. Kendo no ponía limites entre las personas que aparecían en sus carreras. Alcohol y drogas entre otras cosas.

  — Los tíos que han apostado si que nos tendrán fichados.

— Si, hay varios por aquí furiosos. —Aseguró Kendo.

— Si necesitas ayuda será un placer romper caras, me hace falta para desahogarme. —Frotó sus manos.

— Ja. —Dijo ella con la vocecita insoportable que siempre ha tenido.

— Ja ¿Qué? ¿Algo qué decir? —Preguntó Walker muy serio.

— No nada, me ha hecho gracia. —Respondió ella con la cabeza muy alta.

Me sorprendí. Walker poso los brazos sobre sus rodillas e introduzco la cabeza entre ellas. No quiso entrar en una discusión y si algo destacaré siempre de él, es su total sinceridad. Sin embargo se dejó vencer por la insoportable chica. Me arrepentí de no haberla matado.

Su amiga volvió a captar su atención y no para cambiar de tema, si no para seguir hablando del idiota de Myke. Janet, le preguntó el nombre por lo que él dudó de quien estaba realmente interesada en saberlo y no tardó en recibir de nuevo las groserías de la chica.

  — No diré mi nombre. —Dejó claro.

— No sé porqué no me sorprende, quieres que todos estén pendientes de ti. —Atacó ella en un tono serio y alto. Desafiando completamente a Walker y su paciencia.

Bestia. ® ||EXTRAS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora