Extra 1: La oscuridad.

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Repito:

1. Antes de leerlo, quiero añadir que se introducirán pequeños spoilers, es necesario leer la historia antes de leer esta parte. (EN LOS OJOS DE LA BESTIA)

2. Introduciré escenas ya contadas de la historia pero todo será contado desde la perspectiva de la bestia.

3. Habrá otras escena que no introduje en la historia pero que merecen estar en los extras.

BESTIA.
El pobre niño miró a su hermano. Ambos jugaban en el filo de la escalera.
Sus padres no eran conscientes de la oscuridad que su hijo de seis años tenía dentro, ni de lo que yo, dicha oscuridad, era capaz de hacer con el pequeño.
Mis más de setecientos años encerrado en el infierno con mi padre me enseñaron muchas cosas, él me enseñó a hacer el mal y me dijo que me encantaría hacerlo cuando al fin pudiera vivir en el cuerpo de alguien tras renacer.

En el momento que el niño miró a su hermano, sentí que quería deshacerse de él, que quería tirarlo por las escaleras y matarlo. Odio, es lo que más sentí y con una gran intensidad.
Así que lo hice, prendí la llama avivando las ganas y él simplemente me siguió. Su hermano rodó por las escaleras y cayó justo en los pies de su madre que subía para ver como estaban sus hijos.

— ¡No! —Exclamó ella rodeando a su hijo pequeño con sus brazos.

Entonces lo miro o mejor dicho, nos miró. Sus ojos se abrieron saliéndose de sus órbitas y aterrorizada gritó auxilio.

— ¡Hijo! —Su padre llegó— ¿¡Qué eres!?

¿Sabe de mi? No comprendo como puede ver algo diferente en su hijo pero lo hace.El pequeño de seis años corre y se esconde debajo de una mesa, aferrado a un juguete de madera con el que quizás, pensó que se protegería.

Iluso.

El silencio inundó la casa.

Su padre apareció por sorpresa y agarró al niño. Él gritó, lloró, suplicó.. pero su padre no cesó y siguió golpeándolo con un bate de béisbol. Quería matarlo. Soy el mal y pude reconocer que no era el único monstruo en casa.

— ¡Mamá! —Gritó el pobre niño herido mientras la sangre por los golpes resbalaba por su frente.

— ¡Yo no soy tu madre! —Le gritó aquella mujer que lo miraba fijamente desde la puerta completamente consciente de que su hijo podría morir. Pero no le importó.

Sentí como me llenaba de rabia. Como corría en mi un sentimiento nuevo. Una oscuridad que hasta ahora había visto lejana, pero tal como mi padre me dijo antes de renacer —: El tiempo es sabio y todo se acomoda en su lugar." Yo no he llegado a ser el rey del infierno por tener prisa.
Me sentí satisfecho pero no saciado. El sufrimiento no era suficiente, necesitaba más, mucho más. Quería conseguir más.

— ¡Eres una bestia, no eres hijo mío! —Le gritó su padre.

El niño de tan solo seis años clavó las uñas en el frío suelo del porche. Lloraba y yo sentí como si las esposas que ataban mis manos lentamente se desvanecieran dejándome en libertad. Cuánto más sufría, más vivía y cuánto más vivía, el pobre niño más se acercaba a su muerte.
Bajo la mirada hasta verse en el charco que inundaba el porche de la vieja casa y entonces descubrió porqué sus padres gritaban que no era su hijo. Mis ojos rojos asomaban apagando así, los suyos verdes y a pasos agigantados, más escondía su alma.
Se puso en pie, recogió sus pertenencias llenas de barro y caminó por una carretera bajo la lluvia. Quería morir pero aún no era el momento, así que no lo permití.

Bestia. ® ||EXTRAS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora