10. Capítulo diez.

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❝ ALGO FUERA DE LO NORMAL ❞
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— ¡Genial! —exclama con sarcasmo el can amarillo—. Nos quedamos sin refugio, sin la mitad de todo el equipo, sin bebida ni comida —refunfuña cruzándose de brazos mientras caminaba con el grupo—. ¡Lo peor de todo es que dejé mi chocolate en esa mochila!

Los demás decidieron que ignorarlo sería la mejor opción, asimismo, emprendieron un viaje hacia la ciudad, nuevamente, aquella zona infestada de varios cyberzombies que, sin duda alguna, eran tan fáciles de asesinar como los zombies comunes y corrientes que aparecen por la noche en otros mundos abiertos. No obstante, estos no te convertían en uno de ellos.

Timba cojeaba al caminar, pero no porque estuviera herido. No, señor. Sino porque estaba con sueño, para variar. El peliceleste estaba a nada de tirarse en el suelo a dormir y usar a quien sea como su almohada. Felizmente, esto ni sucedió, pues Sparta se encargaba de despertarlo.

La noche era silenciosa como casi todas, cosa que les daba miedo, pues siempre que a estas oscuras noches el silencio domina, acaba por romperse por un ataque, atentado o cualquier cosa.

— ¿Ahora a dónde iremos? —pregunta Pinky mientras camina al lado de Sparta.

— No lo sé —responde Trollino—, pero debemos hallar un refugio nuevo pronto. Somos presa fácil en el exterior, sobre todo a oscuras.

— ¿Nadie de acá podee visión nocturna? —pregunta Mike.

Como si de una escena incómoda se tratara, todos voltearon a verlo arqueando una ceja, tanto confundidos por la pregunta como tratando de ignorar la idea de darle un golpe en la cabeza para que ese cerebro funcione. Sin embargo, el silencio ambientó dicho momento.

Una larga caminata después, Sparta sugirió esconderse bajo un túnel que se hallaba cerca de la zona, entraron a este con sus armas en mano para asegurarse de que no haya nadie esperándolos adentro. Recorrieron el interior del túnel, no había señales de vida existente... o no viva.

Dejaron las armas en el suelo y se agruparon en una de las paredes curvas para cubrirse entre todos y dormir tranquilamente. Como siempre, uno haría turno de vigilancia, siendo Timba en esta ocasión el "afortunado". Qué irónico. El que más quiere dormir es quien debe mantenerse despierto más tiempo para cuidar a los que sí van a dormir.

Pasados unos largos minutos, Timba se cabeceaba por el agotamiento, su vista se hacía borrosa y juraba que estaba apoyándose en la pared donde se encontraba parado para vigilar. Sus párpados se cerraban de a pocos y su boca estaba a punto de emitir un ronquido característico. La baba amenazaba por bajar de su boca, pero esta volvió a su lugar gracias a un milagro. Tenía que estar desde la una de la mañana hasta las dos. Obvio sentía sueño a esas horas.

— ¿Mayo? —pronunció al ver que su amigo se levantaba—. ¡Oh, gracias a Notch que te levantas! No sabes las ganas que tengo de dormir, me estoy muriendo —continuaba parloteando mientras dejaba rápidamente su puesto y se iba a acostar donde los demás; entre bostezos dijo—. Buenas noches...

El joven peliceleste se cubrió lo más rápido que podía y vio de reojo a Mayo, quien permanecía parado frente a él, en su visor de su casco logró ver en pequeño la hora actual, eran la una y veinte de la madrugada. Timba se extrañó por esto, ya que Mayo no sacrificaría horas de sueño por nada, además de que es muy puntual con los horarios, por lo que no se iba a adelantar a algo ni a atrasar.

❝Brillo Lunar❞, Mikelex.Where stories live. Discover now