No tiene por qué sentirse así y aprovecharía esos días con su omega destinada, como el destino se encarga de hacerle ver.

Ese maldito destino que se encargaba día a día de hacerle saber que no podía ganarle, que su destino ya estaba escrito y no era con aquel hermoso omega que le hizo estremecer su corazón desde el primer segundo que sus ojos lo vieron.

Y era una mierda, el destino lo era.

.

.

30 de diciembre. 

Ese tan ansiado día, aunque ya no lo fuera, este día era un infierno para él. No es sólo por sentirse de la mierda, sino porque todo últimamente le recuerda a aquel hermoso omega. 

Porque aunque trate de negarlo, aun le quiere y eso es más doloroso. 

Ese día no era la excepción, porque esa fecha la recuerda con exactitud. Deseaba poder tener el valor de aunque sea felicitarle, pero no lo hizo cara a cara. Deseaba poder estar con él como años anteriores, deseaba poder mirarlo, darle su obsequio, hacerle el amor como bonus. Todo quedaba en un desear, porque ya no podía ser.

Creía tener la culpa, muchas veces se dijo; qué había hecho mal para que él hiciera aquello. ¿Ya no lo complacía? ¿Ya no le quería? Aunque si era lo último, pudo haberlo dicho sin llegar a hacer lo que hizo, con mucho dolor lo hubiera comprendido.

Su día era un infierno, por más que su —ahora— omega tratara de animarle, no lo conseguía, habían salido a pasear y eso fue tormentoso. En vez de distraerse, todo le recordaba a él, había visto un pequeño pastel de chocolate bañado con mermelada de fresa, justo como le gustan a él. Y fue eso que lo llevó a preguntarse si lo estaba pasando bien, si estaba disfrutando su día, si..., si aún lo extraña. 

Eso es lo que más le atormenta, si lo extraña y si..., se arrepiente.

Por eso habían regresado antes de lo previsto, ya era tarde,  la noche se había hecho presente y ellos estaban cómodos en el apartamento disfrutando como una pareja cualquiera. Todo fluía bien.

Hasta que llegó. 

Había sido algo extraño, la mujer se había levantado de repente exaltando al pelinegro alfa quien no le dio mucha importancia y dejó que se fuera sin tan siquiera preguntarle si sucedía algo.

Algunas veces él mismo se odiaba por su actitud, pero le era inevitable. Su parte humana le decía y recordaba siempre que lo que hacía estaba mal, que no debía engañarse a sí mismo, que todo era una farsa. Pero su lobo, ese que enloquecía por el acercamiento de la omega, lo hacía doblegarse ante ella, aunque poseía mucho auto control, algunas veces le era inevitable, como cuando tenían sexo, porque sí, él lo cataloga como tal. Sexo. Para él era sólo eso y ahí no se engañaba.

Muchas veces su lobo quiso tomar el control total y sabía que eso sería una locura, pero por muy difícil que le era, lo lograba.

Su padre le decía que quizás era por ser un alfa pura sangre.

Y aunque no lo creía, sabía que podría ser posible. 

Pero ya había pasado un buen tiempo y sabía que lo inevitable no podía retenerse por más tiempo.

Su mente era un caos, pero un sutil aroma inundó sus fosas nasales. Su lobo se enloqueció por tal aroma, haciéndole saltar de alegría, mientras que su parte racional crispada de temor.

Sabía lo que significaba aquel fuerte olor a vainilla y almendra. Ese olor que cada vez se intensifica aún más. Su lobo rugió con anticipación y acto seguido hizo levantarse.

Corrió a la habitación y se detuvo frente a la puerta del baño, un extraño recuerdo invadió ante eso. Aquel hermoso recuerdo de esa noche que llevaba tatuado en su alma. Esa noche donde marcó a aquel bello omega. Negó, no era el momento.

Con nerviosismo tocó la puerta recibiendo un gemido de respuesta. Sin su consentimiento, un rugido escapó de sus labios. 

Era como esa vez, sólo que distaban muchas cosas, como por ejemplo, que algo muy dentro de él le gritaba que se alejara, que estaba mal. No hizo caso.

—¿Está todo bien? —inquiere.

—No, no lo está. Sabes que no lo está. 

—Lo sé, sólo... ¿por qué te encierras?

—Sabes el por qué. Tengo miedo, Jungkook.

Eso era exactamente lo que él sentía, miedo. ¿Pero era el momento, No? Es lo que el destino quiere ¿por qué retrasarlo más?

—No lo tengas, estoy aquí. 

—¿Es lo que tú quieres?

—Es lo que el destino nos preparó.

Responde con tranquilidad, eso enojó un poco a la omega quien salió sin más y empujó su pecho. Eso no es lo que desea.

—El destino ¡y tú! ¿tú qué quieres? ¿Cuándo me marcarás? —espetaba todo con frustración—, ¿Cuándo aceptarás que ese omega no te quiere? ¡¿cuándo?!

Claro que todo eso le dolía al alfa, eran sentimientos encontrados, por una parte le dolía aceptar que aquel omega no lo amaba y que debía superarlo. A parte, le aterraba el marcarla. 

No lo pensó mucho y dirigió su boca a la de ella para callar sus palabras mientras la envolvía en un beso feroz, lleno de furia. Distaba mucho de sentimientos propios, sólo animal, porque aunque ella se engañara, muy en el fondo sabía que sólo se dejaba guiar por su lobo, sin darle paso a su raciocinio.

Una cosa llevó a otra y ambos llegaron a la cama, las ropas sobraron y los besos fueron más lujuriosos. 

Ella estaba más que dispuesta, su lobo estaba ansioso esperando tan ansiada marca. Su entrada estaba más que húmeda y dispuesta para recibirle.

Él, él estaba perdido por lo correcto y el deber, por lo que sentía y el destino. Sus manos quemaban ante el contacto de una piel que se sentía errónea pero se negaba a aceptar, sus labios se agreteaban por tal ímpetu. Todo se sentía mal, su pecho dolía y sentía cometer faltas atroces a un lazo —que para él— no existía. 

Sin darse cuenta sus cuerpos ya estaban unidos en uno solo, disfrutando de un coito que distaban de sinceridad, sólo por el placer de ambos lobos que miraban cerca su felicidad, dejando de lado la humana.

El punto culmine se acercó, con unas lágrimas que ni él mismo se dio cuenta que estaba derramando. Su lobo saltó de alegría cuando sus caninos tocaron aquella fina piel. La omega estalló en un placentero deseo y él... él sólo cayó inconciente al sentir su mundo morir luego de esa mordida, un pitido agudo se hizo presente para luego volverse negro y caer inconsciente. 

La omega se asustó y él... él despertaría en su peor pesadilla.



BM~

La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]Where stories live. Discover now