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El recuerdo de la discusión con sus padres estaba nublado, solo recuerda  la pregunta de su madre sobre la homosexualidad de su hija, y recuerda mover su boca negándolo, mintiendo en su cara, ahora supone que su cuerpo reaccionó acorde al sentimiento de próximo rechazo que en ese momento crecía en su pecho. Recuerda como su madre le miraba a los ojos y como su expresión de sorpresa y preocupación era eclipsada. Había sentido su corazón oprimirse en ese momento, como si lo estuvieran estrujando.

—Mientes— reproche en su voz. —Tú crees que te gustan las mujeres. No, mi hija no es así. Estás confundida, Taehyung—

—Tiene 16 años, por favor. ¿En serio le crees? ¿Qué sabe ella sobre amar?siquiera. —Había burla en la voz de su padre. Y Tae no podía hablar, su corazón a mil. Y un nudo en su garganta en creciente tensión. —Solo es una etapa, ya verás como se le olvida en unos meses.

Y Taehyung no había pasado año y medio en negación para que le tiraran al suelo como un trapo viejo y sucio. Recuerda haberle gritado que no, que él se equivocaba, y haber escuchado el sollozo de su madre y a su padre gritándole que estaba mal, que la equivocada era ella.

Ver la decepción y el rechazo en sus ojos y en su voz fue suficiente como para romperle el corazón. Gritos de su padre diciendo que se arrepentiría y la voz de su madre diciendo que esa no era su hija que había sido manipulada y le habían lavado su cabeza. "¿Qué pensaran de nosotros?" ella había dicho, llorando.

—Esto no es una etapa, no lo es. No se me va a quitar jamás, nací con esto y yo en serio no pretendía decirselos. Sabía que esto pasaría, pero en el fondo de mi existía una pequeña  esperanza de que me amarán lo suficiente, pero al parecer no— Gritó llorando para luego cerrar la puerta de aquella casa. Su mochila en la espalda y una maleta en su mano izquierda.

Taehyung sabía que esto terminaría así, ella conocía a sus padres y por muy dolorosa que  fuera la realidad ella la había asumido. Nunca se imagino que la teoría  fuera mucho menos dolorosa que la práctica. Mejillas húmedas y el corazón roto. Así se fue de aquella casa, la cual algún día llamó hogar, dejando atrás a aquellas personas que decían amarla y se proclamaban su familia. Ella ya lo sabía, ya había renunciado a ellos. Pero aun no había estado preparada para su rechazo, para un corazón roto.

Girls ;; vmin fem!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora