Capítulo 8: Juego

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Yugo había sido todo un maldito caballero en su primer juego de Tourney. En palabras de él al menos. Dado que estaba siendo observado por absolutamente todo el mundo, no podía hacer nada que fuera agresivo ni siquiera mostrarse como tal. La misma directora había ido al juego solo para ver cómo se desempeña en juego. ¡Ella que nunca iba a nada de eso! Fue duro, pero al menos pudo correr por todas partes y sentirse mejor cuando tenía la pelota. Sabía que solo estaba allí porque era el reemplazo de Tristán. Pero fue divertido. No esperaba que lo fuera, creía que iba a ser mucho peor, pues le había prohibido rotundamente tocar, así fuera por accidente, a alguien. Así que jugó al ratón que se esconde, lo hizo porque temía lo que Yuto o Yuri pudieran hacerle si incumplía lo pedido. Entendía el plan e intentaría no estorbar. Solo seguiría instrucciones para que no lo molestaran y el resto el tiempo haría lo que se le viniera en gana.

No iba a hacer nada que no quisiera.

Solo que, bueno, las cosas en el equipo maravilla iban todo menos bien. No iban perdiendo, pero tampoco iban sobrados. Claro, eso se debía una única presencia incomodaba a todo el mundo. La de Yugo. La mayoría había hecho cara de desagrado cuando el de ojos esmeraldas volvió para la práctica del lunes. Otros estuvieron medianamente incómodos y unos pocos se mostraron indiferentes. Yuya fue el único que estuvo más o menos alegre de que volviera. Volverían los golpes, pero al menos no estaría tan solo en prácticas. Para los demás fue un martirio. Pero a Yugo, como al de ojos rojos le gustaba de decir, se la sudaba todo. Le importaba bien poco lo que los miembros de ese equipo pensarán de él. Él solo quería correr y hacer anotaciones, no porque fuera bueno para la Academia de Auradoon, sino porque era divertido.

Lo único malo, es que le habían anulado en total 6 anotaciones. Y él ni enterado. Lo peor de todo, era que, si bien el entrenador estaba aliviado de que pudiera meterse en el campo enemigo, no estaba tan feliz con que no pudiera contar con los demás. Yugo jugaba solo. Absolutamente solo. Incluso el entrenador había entrado a Yuya únicamente para que Yugo se animara a pasársela a alguien. No pasó nada. El equipo dejo de pasársela durante un tiempo, pero dado que él era la única oportunidad de anotar algo, tenían que acomodarse para ganar el juego. No importa cuantos tiempos pidiera el entrenador y hablaran todos. Yugo era terco.

Todo eso, resultó en un resultado mediocre para lo que la Academia normalmente esperaba. Habían pasado, pero lo hicieron con muchos problemas. A penas los separaban un par de anotaciones de la derrota. Y todo el mundo estaba molesto por ello. Menos Yuya y Yugo claro. La directora, con un sentimiento agridulce en su boca, se fue de nuevo a su despacho y varias personas encararon a Yugo después, tras vestidores, reclamándole su mal juego y actitud mala hacia él. A lo que él, digno y morrongo, respondió:

—¿Y a mí que me importa? —gruñó con su camiseta afuera—Ustedes querían botarme del equipo, ¿por qué debería de importarme si no juego con ustedes?

Esa fue la llama que empezó el maldito infierno. Yugo tenía la razón en decir eso, pero de todos modos algunos de ellos prácticamente se lanzaron a él a entrar en conflicto. Ninguno de ellos se fue a los golpes. No iban a decirlo, tenían cierto miedo de lo que Yugo fuera capaz de hacer.

Y todo eso, únicamente para terminar con una charla con el entrenador después y con algunas clases de refuerzo de bondad.

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—¡Esto no nos lleva a nada! —bufó Yugo con los brazos cruzados el fin de semana siguiente cuando se habían reunido.

Lo que siguió de la semana fue realmente nada. No hicieron nada salvo lo que les pedía el instituto que hiciera. Todo iba bien, de acuerdo con el plan, Yuri seguía hablando con Kaito y con Dennis, Yuya y Yugo yendo a unas prácticas donde no se sentían bienvenidos; y Yuto investigando más sobre la magia. Pero a diferencia de sus días en la isla de los perdidos no había nada más por hacer. Había algunos videojuegos que los mantenían distraídos y Yuri se la pasaba de aquí y allá, tratando de explorar todos los rincones posibles para que pudiera manejar el terreno, pero no ayudaba en nada. Incluso Yugo había salido a explorar y ver que conexiones podía hacer con la gente. Para que fuera información o para que robara algo de alguien y ganar algo de dinero.

DescendientesWhere stories live. Discover now