Capítulo XXVI

15.6K 1.2K 19
                                    

Capítulo XXVI


— ¡No te atrevas a hacerle daño!— le expresó Duncan con irritación.

— Ha sido un gusto verte de nuevo... Duncan—alzó una ceja con una actitud prepotente—. Pero siento informarte que quien da las órdenes, aquí, soy yo.

— ¡Patrick! ¡Hijo! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Suelta a Anarella!

— Lo siento padre... Pero el señor aquí presente tiene un asunto conmigo. Y realmente, me siento muy seguro de esta manera. ¿Verdad que tú también, primita?




     Anarella no respondió. Su primo la tenía fuertemente abrazada, contra su propia voluntad. Y ella sólo tenía preocupación por Duncan. Él estaba solo allí. En terreno Rowling. Y su primo había perdido la cabeza completamente. En esa larga travesía había comprobado que estaba completamente desquiciado.




— ¿A qué has venido? ¡No me digas! ¿Has venido a llorar a mi padre para que te entreguemos a Anarella?— acercó su rostro al oído derecho de Anarella—. ¿No te parece tan conmovedor, primita?

—¿Dónde han quedado tus modales de caballero, Patrick?— le expresó su padre, al estar completamente irritado y avergonzado tras la compostura de su único hijo—. ¡Suéltala, te exijo! No hagas que me sienta más decepcionado de ti...


— ¡A ti también te ha lavado el cerebro!— miró a su padre al fruncir la frente—. ¡Qué elocuentes te has convertido, Duncan! ¡Me asombras realmente! Creo que te he subestimado más de la cuenta...

— Ciertamente sabes que este asunto es tan solo tuyo y mío. En tu lugar, yo tomaría el consejo de tu padre... Sé que me odias por ser irlandés. Pero, si he de serte sincero, siendo una "plaga" como sueles recordarme; jamás puse en ridículo a mi padre.

— ¡Muy conmovedor tu consejo!_ abrazó con más fuerza a su prima, haciendo ver aquella arma que tenía apuntándola en la espalda—. Pero sencillamente puedes ahorrártelo.




      Anarella empezó a llorar, sabiendo que clase de hombre era su primo. Y el error que ella había cometido al querer defenderlo por ser el único y el último heredero Rowling. Era el último varón en aquella ilustre familia. Miró una vez más a Duncan, sintiendo aquel remordimiento dentro de ella. Si tan solo ella lo hubiese visto en ese momento, todo aquello no hubiese sucedido. Aunque arriesgara aquella oportunidad que la vida le había dado al cruzarla con Duncan.




     Patrick disfrutó ver que finalmente tenía a Duncan en sus manos. No había nada más que aquella mirada llena de miedo. Su sonrisa se agrandó un poco más, sin inmutarse en lo más mínimo al estar en frente de su padre. Esperó unos segundos y prosiguió con aquella conversación.




— ¿Recordando viejos tiempos, mi estimado amigo Duncan? ¿Recordando lo que significa volver a estar viviendo lo mismo?

— Atrévete a hacerle daño y lo lamentaras...

— ¿Eso crees?—sonrió sin dejar aquel contacto visual entre ellos—. En tu lugar yo no haría ninguna amenaza... Podría disgustarme tanto y perder la poca cordura que me queda.

— Hijo mío... Por favor...—le expresó su padre.

—¿Aún me consideras tu hijo?— preguntó con cierto sarcasmo—. Jamás pensé que ignorarías mi recomendación. Pero veo que ha ignorado mis palabras... ¿Ha invitado a mi enemigo a entrar a nuestra casa?

Corazón de Témpano (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora