CAPITULO XIX

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Megan

La muy mosca muerta cree que soy estúpida, se nota que le gusta Robert pero le voy a demostrar que él es mío.

Estaba en la puerta del cuarto de mi novio esperando que saliera, aun no entiendo por qué esa actitud evasiva por más que lo seduzco siempre es como si no me deseara y yo que deseo que se repita nuestro encuentro de hace un mes y que me toque toda, tendré que hacer algo al respecto.

Se abrió la puerta y el salió tan guapo como  siempre con pantalón de hilo color negro, camisa celeste manga larga, saco negro a juego con el pantalón y zapatos de suela negros.

-          Ya estoy listo.

-          Estas muy guapo- me agarre de su cuello para besarlo pero como él es más alto no podía si no se agachaba un poquito, su reacción fue reírse más bien burlarse de mí.

-          No has pensado en ponerte unos zapatos más altos? Jajjaa

-          No seas malo y bésame.

-          Nos están esperando mejor vamos.- me soltó del agarre y beso mi frente para luego tomarme del brazo para  seguir el pasillo.

-          No me conformo con solo ese “tierno” beso- dije mientras caminaba

-          No seas muy exigente, no soy un hombre meloso ya lo sabes.

-          Vamos a una fiesta después de la cena por favor.- le rogué

-          No, estoy cansado y no me gustan las fiestas y eso ya lo sabes.

-          No seas mentiroso, algunas modelos me dijeron que eras un mujeriego empedernido en las fiestas.

-          Solo era por sexo, nada más.

-          Entonces tengamos sexo.

-          Ya te dije que estoy cansado, otro día Megan.

-          Eres gay?- me miro y se rio luego reía a carcajadas, algo que tenía él era que no se molestaba con facilidad.

-          Te aseguro que soy bien hombre, si no te quedo claro las dos veces que  hemos estado pregúntale a tus amigas las modelos… que buen chiste has dicho.- bajábamos las escaleras el delante mío, abajo estaban todos mirando hacia nosotros.

-          Robert espera- el volteo aun con sonriendo, no perdí tiempo y lo besé intensamente si un beso posesivo el cual el correspondió seguro para demostrarme que no es gay.

-          Te gusto?- pregunto a dos centímetros de mis labios con sus manos en mi cintura.

-          Sí, pero quiero más.

-          espera al matrimonio.

-          Eres célibe?

-          Jamás podría ser célibe, tranquila hay otras mujeres.

Volteó y siguió bajando las escaleras, voltee a ver la cara de Camila y no era una muy feliz eso me demostró que tenía razón, le gusta mi novio pero la confesión de él resonaba en mi cabeza “me engaña” ¿con cuántas? ¿Con quién o quiénes?

Seguía hay en ese escalón pensando, nadie se resistía a mí y odie que el sí me rechazara  y de paso le diera a otra lo que a mí me pertenece.

Cuando por fin reaccione él ya estaba abajo saludando a todos.

Ya en el comedor todos comíamos en silencio hasta que mi cuñado le murmuro algo a su mujer y decidí entablar conversación.

LA MASCARA DE UNA PASIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora