CAPITULO XII

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Estaba con Kevin en el vestuario ya que ya era hora de salida el aprovecho mientras nos quedamos solos para su interrogatorio.

-          Ahora si explícame que hiciste esta semana, porque a visitar una amiga enferma no lo creo.

-          Bueno es complicado.

-          Solo empieza contándome desde el principio.

-          Hay un hombre.

-          Tienes un amante?- pregunto por lo bajo algo divertido por lo interesante del relato.

-          Tenía… se molestó porque preferí a Joan, mis amigos y mi trabajo a estar con el… asi que no quiere verme más.

-          Entonces por eso volviste.

-          Si… no le iba a rogar que me entendiera si al fin  y al cabo el a mi no me quiere.

-          Y como estas tan segura de eso?

-          Bueno, no se, el es diferente a cualquier hombre que haya tenido.

-          Tienes miedo es eso.

-          Si, tengo miedo  de amarlo tanto que después no logre ser capaz de alejarme de el.

-          Te entiendo.

-          Si y lo peor es que no podría estar con el porqué lastimaría a Joan.

-          Sea quien sea igual saldría lastimado.

-          No, esto es más complicado.

-          No es lo que estoy pensando cierto?

-          Creo que si.

-          Pero  te das cuenta de la gravedad del problema? Es su hermano.

-          Lose, por eso fue que llegue a la resolución que lo mejor era alejarme de el.

-          Sí, pero ya muy tarde.

-          Sé que no eh hecho nada bien, pero mentiría si te dijera que me arrepiento de lo que hice con él.

-          Esto está mal Camila.

-          No se lo digas a nadie… por favor.

-          Eso ni que lo digas, somos amigos y sabes que te apoyare en todo.

-          Gracias- con eso nos dimos un abrazo, me hacía falta desahogarme y por fin me sentía mucho mejor de habérselo dicho a alguien.

Así pasaron dos  meses, Robert ya no aparecía en la cafetería ni daba señal de vida, lo extrañaba tanto que había noches en las que no dormía pensando en él, al despertar me entristecía no amanecer a su lado entre sus brazos, la tranquilidad de mi  vida me agobiaba, me hacía falta el. Donde Bruno todo iba normal, bailes, dinero, alcohol, lo de siempre.

Estaba en la cafetería atendiendo a unas chicas cuando sonó el móvil de Joan, no preste mucha atención. Diez minutos más tarde Joan estaba frente a mí con una sonrisa parecía que le habían dado una gran noticia.

-          Amor este fin de semana mis padres me han invitado a una reunión familiar y quiero que me acompañes.

-          No sé si puedo Joan.

LA MASCARA DE UNA PASIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora