Yo no podría

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A la salida del colegio Françoise Dupont, los alumnos apuraban su paso para disfrutar de la soleada tarde de viernes que el final de la primavera les obsequiaba.

- Entonces, ¿hoy no tienes nada que hacer? - volvía a preguntar Nino a su mejor amigo  mientras se acercaba a su novia que estaba en compañía de Marinette.

- Mi padre está de viaje y no tengo ninguna actividad para hoy así que Nathalie me ha dejado tomarme la tarde. - explicó con ilusión.

- Si no tienes nada que hacer podrían venir con nosotros, Marinette tiene también la tarde libre y no sabía qué hacer. - intervino Alya acercando a su mejor amiga, abrazándola por los hombros.

- Pero Nino me dijo que tenían una cita y no quisiera molestarlos. - indicó prudente.

- No te preocupes íbamos a ir al parque y si vamos los cuatro será más divertido, ¿qué dicen? - preguntaba animada.

- ¿Tú qué dices Marinette? ¿vamos con ellos? es una linda tarde como para quedarse en casa. - mostró una cálida sonrisa hacia la azabache.

- ¡¿Yo?!, bi- bien me parece bien ir contigo...¡con ellos!, ir con ellos al parque. - nerviosa trastabillaba sus palabras como era habitual cuando hablaba con el joven modelo.

- En ese caso los acompañamos al parque. - confirmó alegre.

Así los cuatro amigos emprendieron su camino a lo que iba a ser una divertida tarde entre charlas y risas.

- Alya, ¿No vamos a la plaza de los Vosgos? - preguntó confundida Marinette al ver que se dirigían hacia la entrada del metro.

- Hoy no, habíamos pensado en ir mejor al Jardín de Tullerias. Sabemos que André, el heladero de los enamorados, estará por ahí. - indicó mostrándole una picara sonrisa mientras miraba a Adrien de soslayo.

- ¿Te encuentras bien Marinette?, estás un poco sonrojada. - preocupado Adrien se acercó a su compañera de clase.

- Yo...yo... si....

- Esta perfecta Adrien, es solo que ha pensado en tomar un delicioso helado de André. - intervino Alya mostrando un exceso de jovialidad hacia su amiga.

Ya en el vagón del metro, iban los cuatro sentados juntos. Alya y Nino hablaban animadamente entre ellos olvidándose del mundo a su alrededor.

- Me gusta su relación. - dijo Adrien.

- ¿Cómo? - preguntó desconcertada Marinette.

- Si, me parece entrañable la relación entre Alya y Nino, todos los días se ven en clase y aún así siempre tienen algo que compartir. Míralos ahora, - señaló a sus amigos - parece que no se ha visto en semanas.

- Es verdad, siempre tienen algo que contarse, es muy bonito. - acordó Marinette.

- Quisiera tener algún día una relación como la de ellos. - completó Adrien - ¿Te apetece?.

- ¿Co-cómo dices? - tartamudeo ante la inusitada propuesta de Adrien, mostrando un brillo esperanzador en su mirada.

- Decía si te apetecía escuchar música. - le ofrecía atento uno de sus auriculares.

- Yo...si, gracias. - tomó el pequeño dispositivo con cierta decepción al interpretar mal las palabras.

Sintió una descarga que recorrió su columna de arriba a abajo cuando Adrien pasó el brazo sobre sus hombros y se acercó más a ella.

- Espero que no te moleste, el cable es un poco corto y te sería incomodo escuchar la música. - gentil se excusaba.

- No...no te preocupes, estoy bien. - sonriente se acomodó un poco más junto a él descansando la cabeza sobre su brazo.

Una Linda Tarde Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu