- Prim es la primer hija del matrimonio, mucho más vieja que el resto de mis hermanos. Tiene sentido que no hayan retratos suyos por la casa, puesto que fue negada..

- ¿Negada? - mi vista se alejó de las paredes para dirigirse hacia el otro extremo de la habitación, donde mi compañero se encontraba. La mirada que Febo me daba reflejaba desde la molestia hasta la vergüenza. Jugueteó un poco con sus manos antes de responder.

- Somos de los primeros clanes que se formaron, Pet. En su época, Meredith y Paul eran las únicas criaturas en un pueblo de más de 200 habitantes, un pueblo muy grande para ese entonces.  No tenían noción de lo que ocurría con ellos y tampoco tenían conocidos que pudieran ayudarlos mucho. - Tomó algo de su escritorio y siguió el relato. - Cuando Prim apareció, lo hizo de la forma en que ninguno de nosotros pudo, una forma, una... Edad física muy difícil de manejar.
Todos nosotros llegamos con la apariencia y madurez de un adolescente, porque es el único momento de nuestra vida en que ambas caras de la moneda son iguales. Luego comienzas a crecer, comienzas a comprender más y tu madurez se incrementa, pero puedes hacer con tu apariencia lo que más gustes.
La... Forma con la que Prim llegó a la familia, no superaría los 5 años - Dijo él, endureciendo su rostro. No necesité meterme en su cabeza para saber que lo que sea que diría no me gustaría oír. - Paul buscó ayuda, no entendía lo que estaba pasando, por qué ella apareció repentinamente y qué era lo que significaba. Buscó durante más de una década, buscó tanto que se olvidó de lo que realmente importaba. - Y se enmudeció.

- ¿Febo? - Llamé, con delicadeza, mientras me acercaba hacia él. Por un momento me sentí una persona en el bosque acercándome hacia un bambi herido, procurando hacerlo de una forma lenta para evitar que se asuste y se lastime aún más.

Febo no me respondió, permitió que me acercara a él y lo dirigiera hacia su cama. Lo obligué a sentarse a mi lado.

- Cuando nos conocimos.. - Dijo, con la voz algo retenida en su garganta. - Cuando nos conocimos dijiste que te gustaba la soledad, ¿Tú recuerdas mi respuesta? - Preguntó, mirando directamente a mis ojos. No sé si fue su pregunta o sus ojos cristalizados lo que me dejó muda.

- Amm.. dijiste algo sobre tus hermanas, creo.

- Dije que a mi hermana Prim también le gustaba la soledad - Me recordó, volvió a juguetear con el objeto en sus manos. - Ella no debería ser así, a ella.. la obligaron - Dijo, casi en un susurro. - Prim era una niña, Pet, solamente necesitaba el cariño de un padre y ni siquiera Meredith se lo dió ¡Meredith! ¡La criatura de la familia, del amor! ¿Entiendes el dolor y el rechazo que una niña de 5 años debió soportar? - Expresó con tanto sentimiento en su voz que por primera vez sentí unas enormes ganas de abrazarlo y consolarlo. - Tiene nombre porque un vecino se lo puso, fíjate el nivel de concentración que el matrimonio tenía en buscar respuestas que ni siquiera se tomaron el tiempo de darle un nombre.

- ¿Tus padres se disculparon con ella en algún momento? - Pregunté, temiendo decir algo malo.

- Al día de la fecha lo siguen haciendo, pero no puedes borrar 10 años de olvido, mucho menos una niña. Ellos volvieron a mi bella hermana mayor en un trozo de hielo, ellos merecen el castigo de la indiferencia por la eternidad. - Respondió, seriamente - Bueno, tienen un segundo castigo también.

- ¿Segundo castigo?.

- Si - Dijo, sonriendo un poco más. - Meredith y Paul no notaron que tenían un problema hasta que Doug y Holly comenzaron a salir - Se levantó de su lugar y caminó hacia una de las estanterías, tomó un cuadro y volvió hacia la cama. La foto suya acariciando el vientre de su hermana mayor. - Meredith y Paul creían que era normal que no pudieran tener hijos porque ambos eran criaturas pero.. cuando Holly dijo que estaba embarazada fue cuando notaron la realidad.

- ¿Uno de los dos no puede?.

- Oh, sí pueden - Dijo, sonriendo, para a continuación murmurar un "Pero no entre ellos". - Cuando sus exámenes dieron normales recurrieron a la única persona que podría haberles hecho eso y su respuesta fue un simple "Tardaron en notarlo, como a mi" - Y me miró, esperando mi reacción.

- No hubiera imaginado jamás a tus padres haciendo algo asi

Aún así, ella no permitió que viviéramos lo mismo. Lo hizo a su manera, pero jamás nos quejamos. - Y me tendió el objeto en su mano, una pequeña estatuilla tallada en madera, una obra de arte. Se trataba de un niño tan delicadamente tallado que incluso se veía el relieve en el cabello. No había necesidad de explicarlo, el niño lo representaba.

- Tienes una familia más que extraña, Febo - Murmuré, siguiendo el relieve del niño con mis dedos.

- Todos tenemos historias trágicas - Dijo, y pasó a resumirlas. - La infancia de Prim, La infidelidad a Holland, La gran pelea de los gemelos..

- ¿La gran pelea? - Interrumpí. Él asintió.

- Adam se casó con la enamorada de Uriah.

- Oh.

- Si - Dijo entonces volviendo a retomar su cuenta. Su rostro se contrajo en confusión por un momento y sus ojos se movieron buscando un recuerdo. - Bueno, creo que Blaire no lo tiene, Seguiría la esposa de Will y luego yo.

- ¿No tienes una trágica historia?.

- Oh, sí la tengo.

- ¿Quieres hablar de eso? - Pregunté algo dudosa. No comprendía si me daba más miedo oír la historia o lastimar a Febo con sus recuerdos.

- Hoy no, Pet - Dijo, sonriendo levemente. 

- Pero.. dijiste que me dirías algo para alejarme de todo esto y sólo hablaste de Prim y...

- Te seré sincero - Me interrumpió, acariciando mi espalda lentamente. - No tenía un verdadero plan, lo fui improvisando sobre la marcha, pero creo que logré mi objetivo.

- ¿Y ese sería..? - Él se acercó tanto a mi rostro que por un momento creí que iba a besarme. No pude evitar que mi cuerpo comenzara a temblar.

- Jamás confíes en mi familia, ni siquiera en aquellos que más amorosos sean. No vale la pena morir por criaturas.

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