Capítulo 9

10 1 0
                                    

Recomendación del día: Tal vez debas cambiar de madre.

Ni siquiera me paré a oír teorías sobre cómo Adam podría asesinar a toda su familia, Simplemente dije todo lo que vi y me alejé. 

Sabía que posiblemente me arrepentiría de tomar un taxi hasta casa ya que no sabía ni qué tan lejos se hallaba El hogar Bennet del hogar de mamá y yo, y puesto que mi economía no me permitía ni siquiera tomar dos taxis al mes comencé a preocuparme a medida que me iba alejando del tortuoso y bien decorado hogar de Febo.

Evité pensar en todos ellos, evité pensar en lo que vi en la mente del cazador, evité recordar que mi billetera daría lástima al taxista. Evité pensar en absolutamente todo. Sólo quería llegar a casa y hundirme en algún tedioso libro o dormir un rato.

Lastimosamente no fue lo que encontré al ingresar en nuestra propiedad. Seré franca, no me desagradó en lo absoluto el aroma a algo horneándose. 

- ¡Pet, no te esperaba tan temprano! - dijo mamá en cuanto crucé el arco de la cocina.

- Pues, si quieres me voy - dije tomando las llaves que segundos antes dejé sobre la encimera.

- Si, vete, te la pasas todo el día encerrada. Consigue amigos o algo, no lo sé, sé normal - Dijo ella, sonriendo como siempre. 

- Kaitlyn, eres la mujer más vieja y malvada que conozco - ella rió y siguió haciendo sus cosas, creo que es un pastel.

Sí, mamá se llama Kaitlyn. Sí, también la llamo por su nombre de pila. Y no, en realidad no es vieja, siempre dije que mamá se ve mucho más joven de lo que me veré yo a sus 36.

La relación Petrea-Kaitlyn es la relación más sana y rara que podría tener, no es mala en lo absoluto, simplemente parecemos mejores amigas. Bueno, siendo sincera, mamá es mi mejor amiga, la única aparte de.. Ay, Dios, ¿Habrá despertado ya?.

Mis manos comenzaron a sudar. Mi nuevo amigo, ¿Lo seguirá siendo? ¿Querrá mantener mi amistad como al inicio de toda esta travesía? ¿Seré yo quien tendrá que ganarse su confianza esta vez, o llamará a su loca hermana bruja para que me obligue a hacer algo raro? ¿Mía Ballow ya se lo habrá contado, o aún estará con los Bennet? ¿Será que ya adivinaron el secreto tras mi declaración de lo visto en la mente del cazador? ¿Es Adam alguien malo?.

Maldición, nuevamente estoy pensando en los Bennet. Mi cuerpo comienza a temblar al recordar todo lo vivido en las últimas horas. Mi cabeza duele, y no logro saber si es por la laguna mental o por el golpe camino al hogar de Febo. Mamá parece no darse cuenta de mi actual ataque de todo, maldiciendo en voz alta por haberse quemado el pulgar con la bandeja de galletas recién sacadas del horno, alegando que la madre de la bandeja era una perra. 

Bajé de mi asiento y me acerqué en silencio a darle una mano. Tomé un trapo de la mesada y con el mismo alejé la bandeja de donde mamá se encontraba. Ella me sonrió con alivio y siguió con su dedo debajo del chorro de agua en el fregadero. Coloqué la bandeja sobre la mesa y con una espátula las fui despegando una por una, para luego dejarlas sobre un plato. Mamá procedió a colocar el molde con la mezcla de algo al horno, no sé por qué está cocinando tanto, sólo somos ella y yo.

- Me agrada tu novio - Dijo ella de repente, logrando que me quemara la mano con la galleta que estaba a medio camino entre la bandeja y el plato. La dejé rápidamente en su destino y me aclaré la garganta.

- No es mi novio.

- Lo sé, ¿Cuánto tiene? ¿13, 14 años?.

- 3400.

- Muy graciosa. En todo caso, me agrada.

- ¿Cuándo te lo presenté? - Pregunté con mi ceño fruncido de curiosidad. No recordaba haberle presentado ninguna persona a mamá en.. bueno, en toda mi vida. Ella se rió ante mi pregunta, como si yo fuera la persona más tonta del mundo.

- No lo haz hecho, y como imaginé que jamás lo harías decidí presentarme yo misma. Finalmente parezco una madre - Dijo orgullosa de sí misma.

- Kaitlyn me asustas.

- Calla, tonta - mordió una de las galletas con cuidado de no volver a quemarse. 

- En todo caso, ¿Cuándo sucedió eso?.

- La primera vez que pasó a buscarte, llegó como 3hs antes, fue de casualidad que estuviera despierta. ¿Ese chico no sabe sus horarios? En todo caso, preguntó por ti y yo supuse que era tu novio.

- ¿No pensaste que tal vez era un poco joven para mi? - Alcé una ceja. No contestó rápido, sino que fue hasta la estufa a traer la tetera. Me levanté y traje dos tazas junto a las cucharas y el azúcar.

Cuando dí por olvidado el tema, ella respondió.

- A esta altura ya esperaba cualquier cosa, Petrea. Yo a tu edad tenía dos novios en simultaneo, mi única preocupación era controlar mis tiempos para verlos a ambos, tu preocupación es el estudio, ¡El estudio! No digo que eso sea malo, es genial, sólo pienso que eres rara, cielo. 

- Oh, gracias, adorada madre. ¿Debo preocuparme también por averiguar si el hombre en mi partida de nacimiento es mi verdadero padre? - Pregunté, ella sorbió mientras pensaba.

- mmm No que yo crea, te pareces mucho a él, pero nada me asegura que no me haya equivocado. - Al notar mi cara de estupefacción comenzó a reír como una loca. - Es broma, tonta. 

- Ya ni sé si puedo confiar en tí.

- No te recomiendo que intentes averiguar si miento, en tu partida sólo aparece mi nombre. - Sorbí de mi té lentamente.

- ¿Cuál es su nombre? - Pregunté, ella me miró unos segundos, totalmente sorprendida por mi pregunta. Sabía que mamá no temía hablar sobre mi progenitor, es sólo que yo jamás le mostré indicios de querer saberlo. En realidad no quería saberlo, me parecía algo irrelevante, como siempre dije, mamá era todo lo que quería en mi vida. Aún así, tampoco quería que ella siguiera preguntando por mi "relación" con Febo.

- Dylan Walker - Asentí, mientras mi cabeza enviaba esa información directamente a la papelera de reciclaje.

- ¿Y por qué no llevo su apellido? No lo quiero, claro, Pet Walker suena terrible.

- El no sabe de tí, es de los cliché más viejos que existe: Bonito amorío de verano, mucho sexo, él se va, y el condón se había pinchado. Nueve meses después me veo obligada a fingir que mi madre ha vuelto a tener una hija porque soy muy joven y hermosa como para admitir que eres mía. 

- ¿Me llamas fea? La gente dice que nos parecemos ¿Sabes?.

- No te daría este bello rostro ni aunque fueras mi hija más anhelada. - Ambas reímos en ese momento, y la amé, realmente la amé.

Mamá era la persona que más feliz me hacía en el mundo, a su lado me sentía completa. Era capaz de hacerme olvidar de todo lo malo con sólo hablarme un rato. 

- ¿Qué vamos a celebrar? - Pregunté en cuanto la vi comprobar el tiempo en su pequeño temporizador de cocina.

- El cumpleaños de tu novio, claro. No me vengas con que no lo sabías - Rodó los ojos como si fuera la cosa más ridícula que podría haber insinuado.

- ¿El cumpleaños 3401 de Febo?.

- Pet, me estás cansando.

- ¿Febo cumple años? -mamá iba a comentar algo sarcástico nuevamente, hasta que vio que realmente lo estaba preguntando.

- Tonta, creí que te lo había dicho. En todo caso, ya lo sabes, mañana vendrá a desayunar con nosotras y su pastel ¡Será maravilloso!.

Claro que si, estoy segura que me volverá a querer de un momento a otro luego de haberle clavado un puñal en la espalda...


  

Criaturas 🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora