¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Me nombraron jefe de la empresa.— Confesó mientras colocaba su saco para ir a trabajar. Le miré impresionada.— No era casado y no tiene hermanos, yo era su mano derecha.— Acomodó su corbata.
—Felicidades.— Regresé mi vista a mi celular.
—¿Y ya?.— Le miré.— ¿Sólo eso?.
—¿Qué más quieres?.— Se acercó y tomó mi barbilla haciendo mi celular a otro lado.
—Quizás un beso.— Fruncí el ceño ante su comportamiento, finalmente reí con sarcasmo.
—Sí, claro. Lo que digas.— Lo alejé pero éste se mantuvo aún en su pose.
Tomó mi barbilla con más fuerza acercándome a sus labios para fundirnos en un beso feroz, sin nada de amor.
Sus manos se colaron entre mi camiseta hasta llegar a mis senos acariciándolos a su antojo sacándome un suspiro.
—Tengo una ventaja.— Dirigió sus besos a mi cuello.— Puedo llegar a la hora que quiera.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
