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—Buen cuerpo, hermosa.— Sonreí de lado cuando terminé de vestirme.— Espero volver a verte.
—Solo pídele a Taehyung que me traiga y listo.— Le guiñé un ojo antes de salir del lugar.
—Ya era hora de que salieras del maldito baño.— Tomaron mi brazo con fuerza y me arrastraron.
—¿Qué mierda?.— Me quejé soltándome.— Sé caminar sola, ¿okey?.— Comencé andar.
El trayecto de nuevo fue silencioso. Park no volvió a mandar un mensaje, o tal vez sí pero no he querido ver mi celular. Taehyung apretaba fuertemente el volante haciendo notar sus venas por lo, aparentemente, enojado que estaba.
—¿Te gusta acostarte con mayores, eh?.— Me enfrentó en cuando pisamos el suelo de nuestra casa.
—Agh. — Me quejé.— No empieces.
—¿Cómo mierda no?, ¡haz follado con mi jefe!.
—¡Pues que no te importe!. ¡Tú me dijiste “no te alejes” y el primero en alejarse fuiste tú!.— Le señalé.
—¡Nunca quedas satisfecha!, ¡incluso mañana te irás a follar!.
—Es mi vida y mi vagina. Le abro las piernas a quien yo quiera. ¿Te quedó claro?.
—Joder, eres una cualquiera.
—¿Disculpa?, ¿señorito “me escabullo por las noches para ir a follar a no sé dónde”?. Tú metes tu pene a quien te abra las piernas.
—Como tú.
—Porque soy “tu esposa”.— Hice comillas resaltando las palabras con mi voz.— Se supone que debo complacerte. Así que, viendo que en la tarde me comías con la mirada, deberías aprovechar ahora para quitarme el vestido tú y yo no.— Hablé camino hacia la habitación. Él no lo dudó ni un segundo y vino tras de mí.
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