Capítulo 8

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N.A: Bueno, no he estado por aquí porque ya empecé la universidad, mi ciudad estuvo declarada de emergencia, me dio Dengue y pues he estado muy ocupada pero bueno sobreviviré :( Espero les guste :)


Destiny tomó una gran bocanada de aire y la expulsó tratando de tranquilizarse. Levaba un largo tiempo llorando y aunque sentía que podía seguirlo haciendo, no quería hacerlo. Sin embargo aún se sentía terrible. 

Se sentó sobre la neutra silla, dobló su brazo sobre su pequeño escritorio escritorio y apoyó su mentón en mi mano mientras miraba las cosas sobre este. Tenía demasiadas emociones encontradas en ese momento. Solo alguien que hubiera terminado luego de un largo tiempo de relación entendería que básicamente no había parte de su habitación que no tuviera recuerdos de la relación. Fotos, fondos de pantallas, pequeños recuerdos, incluso memorias. Era doloroso. 

Miró su reloj con desinterés, aún era temprano pero tenía la sensación de que la noche había terminado para ella. Sentía como si las únicas opciones de pasar la noche eran tirarse sobre la cama y llorar por otro largo tiempo hasta quedarse dormida.

El retumbante timbre de la casa sonó sacándola de sus pensamientos y haciéndola sobresaltar cuando empezaba a considerar la idea de dormir y llorar por el resto de su vida. Se quejó fuertemente consciente de que el sonido se perdería en la habitación y se levantó de mala gana de la silla. Genial, pensó, ya tenía un mal día y ahora tenía que fingir que se sentía bien para alguien que seguro ni siquiera solo le importaría el chisme que se llevaría viéndome totalmente destrozada.

Y no, ella no dejaría que pasara. Ya tenía suficiente con el alboroto que se haría en la escuela en los próximos días.

Justo antes de llegar a la puerta gritó un "Ya va" ante la insistencia de la persona. Se detuvo frente a uno de los espejos que se encontraban en el camino y limpió su rostro con una de las toallas húmedas que se encontraban a disposición. Palmeó sus mejillas y sonrió ligeramente antes de abrir la puerta. 

Sin embargo su sonrisa empezó a desvanecerse a medida que caía en la cuenta de quien se trataba. Se encontraba sorprendida de hallar al chico delante de ella y exactamente no sabía como sentirse. Se quedaron unos minutos en silencio hasta que la curiosidad pudo más con ella. El chico sonreía a medias con las manos metidas dentro de sus bolsillos. 

— ¿Qué haces aquí? —preguntó ella.

Él abrió la boca pero no tardó en cerrarla. Lucía un poco consternado, como si ella hubiera sido la que hubiera tocado a su puerta. 

— Te vi saliendo del bar... —logró decir finalmente con un encogimiento de hombros aunque seguía luciendo un poco nervioso.

Asintió lentamente, invitándolo a que prosiguiera. Se imagina el tipo de escena que se debió de haber visto allí. Se imaginó de pronto lo peor. ¿Y si había venido especialmente para decirle que no la querían ver allí nunca más? ¿Y si él había venido a reírse en su propia cara de lo ridícula que se había visto?

— Y me preocupé. 

Eso sí que la dejó sin habla. Quería sonreírle, era un gesto amable, pero no podía, no se sentía con la fuerza de hacerlo. Pero al menos él le había dado ganas de hacerlo y eso era algo impresionante.

— Oh. —atinó a decir.— No te hubieras molestado.

—Bueno... —dijo ladeando la cabeza y haciendo memoria. Chasqueó la lengua. —De hecho, si me molesté. Me hicieron preparar los tragos para nada. —hizo una mueca de fastidio mientras se apoyaba en un pie y pegaba su hombro en el margen de la puerta. No le duró mucho ya que una sonrisa divertida se volvió a instalar en su rostro. 

How To Be A HeartBreaker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora