How To Be A HeartBreaker.

Capítulo 22

— Eres un idiota —soltó Destiny meneando su cabeza con disgusto.

Josh sonrió un poco. Ella no supo de qué venía la sonrisa, pero no se molestó en preguntárselo.

— Tal vez —concedió con un encogimiento de hombros que demostraba que no le importaba ser llamado así— aun así, sabes que tengo la razón.

— No por eso vas a ir golpeando personas por el mundo —ironizó.

— Se lo merecía.

— No importa si se lo merecía, Josh.

El chico soltó un exagerado suspiro. Parecía empezar a hartarse de la conversación, pero en ningún momento dio indicios de querer terminarla.

— Después de lo que te hizo, no merece mucho de tu compasión.

Las mejillas de la chica ardieron. ¿Cómo había sido que él se había enterado de lo que había pasado entre ellos dos? Por lo que sabía, él era nuevo y no había forma de que se haya podido enterar al menos que alguien le hubiese contado lo sucedido.

— ¿Lo sabes?

Asintió lentamente, con cautela. — Sí.

— ¿Cómo?

— La universidad es pequeña —dijo como si esa fuese respuesta suficiente.

Pasó el tema por alto decidiendo que no tenía sentido seguir insistiendo. Ella no tenía el poder suficiente para evitar que las personas hablasen, era inútil intentarlo, aunque le molestaba demasiado, sentía que se estaban metiendo con su intimidad y no había cosa que le incomodara más.

— Perdóname. —insistió él, esta vez había cierto cansancio en su voz. Ella no le echó la culpa, ya era su octava vez pidiéndole perdón.

La chica lo observó fijamente evaluando si él realmente merecía su perdón. Y no es que no quisiera dárselo, pero tenía que, de alguna forma, hacerle saber al chico que no estaba de acuerdo con ese tipo de comportamiento que habían tenido ambos chicos; como si no lidiara con personas sino como gallitos de pelea.

— No lo sé, Josh.

El chico sonrió un poco. Al menos ya no era un rotundo no.

— Dame una noche y te haré cambiar de parecer.

Las cejas de la chica se dispararon hacia arriba, en asombro, ¿a qué se refería con darle una noche?

— ¿Una noche?

Josh metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

— Sí, salgamos a cenar, a patinar, a caminar, no lo sé. Solo dame una noche y haré que me perdones.

La chica mordió su labio inferior, considerando realmente su oferta. ¿Realmente quería salir con Josh? No fue un sí inmediato el que vino a ella, pero finalmente era un sí. Le tenía sin cuidado si había una razón de querer hacerlo, tampoco era como si el chico llamara toda su atención, pero aceptaba que la idea no le desagradaba en lo absoluto y para ella eso era razón suficiente, aunque su mente se empeñara en hacerla dudar.

Y ella sabía la razón de su duda. Esa razón tenía nombre y apellido además de una sonrisa increíble y de unos ojos café que le quitaban el sueño.

— Bien —concedió ella, entrecerrando sus ojos—. A las siete, en la plaza de la ciudad.

Josh ensanchó su sonrisa. — ¿No quieres que pase por ti?