Capítulo 11

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Algunos dicen que no todo es color de rosa en una relación.

Y justo en ese momento se dio cuenta que tenían razón.

La discusión empezó por algo sin importancia. Para luego presentarse las celos y desconfianza.

Lotus no entendía por qué Rurik era demasiado posesivo, desde pequeño lo había sido pero ahora el contrario era más alto y desafiante, daba miedo.

Por más que intentaba calmar al menor, este seguía insistiendo que ya tiene tiempo para él y seguro se la pasa con esos idiotas de la universidad.

Lotus cansado de lo que decía el de gorra, también empezó a alzar la voz y quiso una explicación de porqué el de orbes de estrellas llegaba muy tarde y luego no decía dónde se había ido.

Rurik protestó que no metiera eso a su discusión pero el mayor no lo escuchó y siguió preguntando.

A este punto los dos estaban molestos y se gritaban entre ellos.

Hasta que Lotus se dio cuenta que toda esta mierda parecía una de las tantas peleas que veía cuando sus padres discutían.

Solo faltaba que...

Sí.

Ya está.

Ahora realmente era como una de las peleas de sus padres.

Rurik le había golpeado.

Y bueno, él podría quedarse sin hacer nada, llorar y decirle el por qué había hecho eso.

Pero no.

¿En serio crees que él se quedaría de brazos cruzados?

Se levantó del suelo y le devolvió el golpe al menor.

Ya era suficiente que su madre le pegará cuando todavía vivía en su casa como para que Rurik pensará que pudiera hacer lo mismo.

Poco a poco está ilusión va rompiéndose.

Solo es cuestión de tiempo.

Veamos cuánto dura.

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