Capitulo 5

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La llegada de la primavera podía notarse con el pasar de los días.

Las mañanas eran frías y nubladas, mientras tanto en las tardes algunas veces el sol se dignaba a saludar pero pronto desaparecía cerca de las cinco de la tarde.

Sabiendo el clima de la ciudad, el de ropas verdes decidió invitar a su compañera de trabajo a salir un lunes.

¿Era la cuarta o quinta cita que tenían? Bueno que más daba el número de citas, lo importante era que en verdad no lograba ver un avance de su relación con ella.

Usualmente las chicas con las que ha salido se comportaban dulces y coquetas con su persona, mas Cinthya era un caso diferente.

—¿Tu pelo es teñido o qué? —Si la mayor no daba algún indicio de mostrar algo de importancia a la cita, que parecía más de amigos que de otra cosa, entonces preguntar acerca de su cabello quizás pueda captar su atención.

—Es natural —Respondió mientras le daba un sorbo a su bebida.

—¿No te molesta que pregunte? —Cuestionó a la contraría, las pocas veces que ha tocado el tema de la imagen de alguna mujer no terminaba bien.

—Créeme, lo que dijiste es lo menos ofensivo que pude haber escuchado en mi infancia —Rió levemente por recordar esos días tan detestables— Y bien... ¿Cómo han ido las cosas con tu amigo, esto...?

—¿Con Lotus? Bien... —Dudó en su respuesta así que terminó diciendo un supongo al final.

—¿Paso algo? —Dejó a un lado su jugo de naranja para interrogar al menor.

—No, todo normal, él ocupado con las cosas en la universidad y...

—¿Hablas en serio? —Interrumpió al contrario pues se notaba que mentía— Soy tu amiga desde... casi un mes, sabes que puedes confiar en mí.

—¿Una amiga dices? Podrías ser algo más si no te hicieras la difícil.

—No buscó una relación ahora, recién acabó de salir de una, ya te lo dije —Cruzó sus brazos cansada por la insistencia— Y no me cambies de tema ¿Ocurre algo con Lotus o es otra cosa?

—¿Por qué debería decírtelo? —Se levantó de su sitio sorprendiendo a la pelirroja— Nos vemos en el trabajo.

Sin más que decir, Rurik se alejó de la cafetería y de las preguntas que recibía por parte de la chica.

Solo necesitaba olvidar aquel molesto sentimiento que aún persistía a pesar de los años.

...

Esa vez estaba lloviendo, su madre como siempre no se hallaba en casa, y él de nuevo se encontraba solo

No había nada interesante en la televisión así que cambiaba una y otra vez los canales, sería un milagro encontrar algo bueno que ver.

Aunque solo era un excusa para no pensar en lo que pasó hoy en en colegio.

No fue culpa suya que Lotus llorará.

Simplemente no soportaba la idea de que el encapuchado tuviera otros amigos, le era tedioso verlo tan agradable con los demás, así que le gritó cuando iban de camino a casa.

Al día siguiente, en los recreos podía apreciar a lo lejos a Lotus, parecía decaído, y como que quería hablarle pero se arrepentía al último momento.

Mientras tanto él, su caso era completamente diferente, se negaba a dirigirle la palabra al de bufanda roja.

Estuvieron por una semana de esa manera, hasta que le dio pena el estado de ánimo de su amigo de la infancia.

En la salida, pudo observar como el más bajo lloraba y torpemente trataba de parar sus lágrimas que brotaban sin control de sus cuencas.

Quizás había algo más que su pequeña pelea.

—Oye... —Agarró la manga del contrario para de alguna forma decir que estaba ahí.

Solo recibió un sollozo como respuesta.

Con un poco de esfuerzo tomó la mano de Lotus y empezó a caminar, el de sudadera negra seguía con su llanto pero bueno, qué podía él hacer en ese momento.

Cuando llegaron al parque donde solían jugar cuando eran más pequeños se dirigió junto al mayor a una zona cubierta de muchas flores.

«Arranca un flor y deja tus problemas de lado»

—Ya no estoy molesto contigo.

Con sus palabras el contrario dejó de tapar su rostro lloroso y se agachó a la altura de él, e imitó su acción.

—Está bien... —Respondió con voz rasposa, un poco más calmado acercó la flor recién arrancada a su rostro para sentir la suavidad de los pétalos maltratados.

¿Pasó algo en tu casa?

Uhmm, no quiero hablar de eso...

—De acuerdo.

Oh, las flores...

Ellas no tenían la culpa de los problemas de los menores, ellas no merecían ser destruidas, solo por ser frágiles no deberían tener un trato así...

Esa tarde volvieron a sus respectivas casas tomados de la mano, sin prestarle mucha importancia el de poder ser regañados.

Rurik a sus 8 años todavía conservaba esa inocencia que todo niño debería poseer.

Lotus era su amigo, el único que podría comprender la soledad y tristeza que sentía.

Por eso no podía perderlo.

Ellos se necesitaban uno al otro, pero sobre todo...

Era el que necesitaba más a Lotus.

...

—¿Aún molesto?

—¿Eh?

Dejó de prestarle atención a su celular, al final no le iba a mandar ningún mensaje a Rurik. Aunque él no estaba ahora para pensar en el de gorra, debía centrarse en su amigo que le preguntaba algo.

—Digo que si sigues molesto.

—Ya se me paso... —Suspiró agotado, lo mejor era dejar eso de lado y tomarse el descanso que se merecía.

—¿Me recuerdas por qué estabas tan irritado?

—Solo es una tontería...

—Entonces no te sigo insistiendo.

—La mejor opción que pudiste tomar en tu vida —Respondió aliviado por la actitud del castaño.

—Solo sigue comiendo tu pastel ¿Sí?

—Ah, cierto, me olvide, gracias Gabriel.

—Ujum...

Algunas veces necesitaba huir de lo amargo y probar algo de dulce, aunque sea solo un poco.

❮Solo un iluso❯ Fell!PothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora