8

419 56 26
                                    

Dear diary

Me desperté algo temprano hoy. Era un dia más tranquilo, supongo, o al menos asi me sentía. Bajé a desayunar con Canadá, y como siempre luego jugamos un videojuego. Estaba a punto de ir a mi clase de español pero... ¿Qué clase? Solo me acosté en mi cama mientras mi hermano seguia jugando

Ahora tengo más tiempo libre... Oh, al menos una hora, antes de la una. Es algo emocionante, no sé, tan solo pensar que lo que hago está 'mal' lo hace mejor. Argentina y yo, los Romeo y Julieta pero... de feria. Hahah. No sé por que cada vez que estoy con él, y aunque sean pocas veces, e incluso no lo conozca mucho, Argie me produce un tipo nervios. Me da miedo a equivocarme hablando, o hacer algo mal. A veces habla, y yo no escucho, no sé por qué me distraigo viendo sus ojos, creo que es porque habla rapido... No me agrada el sentimiento, es como si me hiciera vulnerable de alguna forma.

-Ame.-Me llamó Canadá, interrumpiendo mis pensamientos.-¿Te pasa algo?

-No. ¿Por qué?-Fruncí el ceño, extrañado.

-Estás rojo.-No sé por qué comencé a reir, aunque estuviera avergonzado.-

-Oh, es solo el calor, Can-Can.-Dije alegre, y me levanté para quitarle su gorro de leñador. Le gustaba mucho. Canadá Sonrió un poco, y me quitó los lentes.

-We look cool, bro. Hahah-Miré a Canadá. Sentí un tipo de felicidad/tristeza extraña, no se, fue como un nudo en mi garganta, pero estaba contento. Yo no me entiendo.

-Sure... You look cool.-Sonreí, y le devolví su gorrito. Busqué otros lentes en mi cajita de luz, y me puse los nuevos. Quizás eso sea un regalo en agradecimiento al lindo collar que me había entregado hace no mucho.

 Me fijé la hora, no faltaba mucho, unos 15 minutos. Decidí bajar a la oficina de mi padre y pedir permiso para salir a pasear. Realmente quiero saltear esa conversación, fue totalmente normal y simple, pero me dió permiso. No sospecha nada. Salí unos minutos antes, creo que para despejarme un poco. Hacia algo de frío, olvidé mi chaqueta.

Llegué a dicho parque, de hecho, estaba considerablemente cerca. Le di una vuelta, bueno, era pequeño. Habían muchos árboles, y decidí sentarme cerca de uno en una banca. Esperaba a Argentina, obviamente. Y a lo lejos lo vi. Parecía buscarme con la mirada, entonces levanté la mano saludandolo. 

-¡Boludo!-Corrió hacia mi, yo sonreí, ese apodo no era muy cariñoso, pero si sincero. Argentina no es la persona más educada del mundo.-No te veía.

-¿Estás ciego, o qué?-Reí un poco, y Argentina se sentó a mi lado.

-Si hubieras estado en mi lugar verías peor.-Argentina tocó mis lentes, y yo retrocedí un poco.

-Pf, no, veo bien con estos lentes.-Le contesté ironicamente. Hubo un pequeño silencio, en el cual me agarró un pequeño escalofrío.

-¿Tenés frío?-Me miró inexpresivo. ¿Debería decir que si? Que importa, si lo hice. Asentí de forma tímida.-Hmm... Tomá.

Me dió su abrigo.

-Oh, no, please.-Dije, rechazandolo.-Se supone que yo soy el educado, Argie, no te preocupes.-Dije riendo, pues siempre era al revés.

-No te hagas la delicada, gorda, estás cagado de frío.-Lo miré frunciendo el ceño, y acepté su cosa a duras penas. Me lo puse como si fuera una capa, porque Argie era más pequeño que yo, y no compartiamos talla.-¿Ni gracias? Disney, tengo una de tus princesas.

-Hahahah! you idiot.-Reí, dejando mi mal humor atrás. Ví que Argentina sonrió.

-You are an idiot too.-Rodó los ojos, esos ojos. 

-...-Me quedé mirándolo. Fruncí el ceño.-I hate your eyes.

-...-Argentina me miró, otra vez.-¿No te gustan?

-Yes.-Contesté, porque realmente me gustaban mucho.

-Entonces sos un bobo.-Comenzó una risita. Esa risita.

Ambos estabamos en silencio. Era un silencio lindo, o al menos eso creo. Ambos mirabamos adelante... supongo que era la primera vez que nos juntabamos asi, no sabiamos muy bien que hacer. Sentí algo en mi mano, y vi que era la de Argentina. Me confundió, pero el otro mantenía el agarre.

-Thanks...-Vi como desviaba su mirada.-Por ayudarme.

-¿Ayudarte?-Pregunté, mientras apretaba un poco su mano. Se sentía raro, pero era solo una mano. 

-Si, ayudarme. A distraerme y esas cosas.-Sonreí, mientras sentía malestar. Como un lindo malestar.

-No es nada.-hice una pausa. No pude evitar preguntar.-¿Por qué me agarras la mano?

-¿No te gusta?-Respondió con otra pregunta, ah, dios. Lo vi algo sonrojado, y creo que yo tambien lo estaba.

-No es eso... solo es curioso.

-Costumbre.-Comentó, y escuché, esta vez si.-Siempre fui cariñoso de este modo con todos... O al menos con mi familia. Pero ahora solo quedas vos, creo.

-Oh... Eso es lindo.-Sonreí, y Argentina apoyó su cabeza en mi hombro. Suspiró, y comenzamos a hablar con normalidad. 

Fue común, pero, al menos me contó un poco más sobre el.



oh, love;;Where stories live. Discover now