Veneno

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Baekhyun se dirigía a la sala común a la hora ordenada seguido de un pequeño grupo de criados que transportaban los alimentos del príncipe Chanyeol, caminaba por los pasillos cavilando en silencio los acontecimientos de la noche, se sentía confundido y ansioso en cuanto a la manera de actuar del hombre porque si bien aún respiraba, no podía decir que Chanyeol estuviera conforme con su actual condición, después de todo lo había engañado y si no hubiera sido porque lo había tocado bajo los efectos del alcohol y de manera íntima, así seguiría siendo.

Baekhyun se ruborizó furiosamente al recordar el momento en que aquellas manos descubrieron su cuerpo, su lado racional le decía que debía sentir ante todo miedo, pero una parte dentro de él se sentía cálida con el recuerdo, o caliente porque su rostro hervía pero había algo más, algo parecido a lo que sintió la tarde en que  sus manos complacieron al monarca. Chanyeol lo confundía, sus actitudes con él eran frías y desprovistas de tacto alguno, no es que esperara algo más, sin embargo su cerebro se bloqueaba cada vez que sentía la intensa mirada del alto sobre él, era casi como si pudiera tocarlo, y Baek se convertía en una masa blanda y torpe que olvidaba como moverse de forma coherente, eso hasta que le hablaba nuevamente con su habitual tono hosco y recuperaba su normalidad, pero aún así no podía evitar sentir esa pequeña chispa que parpadeaba en su interior, Baekhyun entendía que el cuarto hijo de la casa hubiera enfurecido al verlo salir de las habitaciones del joven príncipe, se supone que no debía merodear por esos lugares privados con tanta libertad a no ser que fuese llamado, cosa que no sucedería porque solo estaba a su cargo, pero ¿qué podía hacer cuando las personas a su alrededor lo veían como un blanco fácil para amenazar y extorsionar con el fin de lograr sus objetivos?

Claro que la culpa había sido suya desde el principio, definitivamente debía recordar no meter las narices donde no lo llamaban, ni entrar a lugares donde el acceso era restringido, todo lo que hasta ahora había pasado era solo el pago por su testarudez, decidió que jugar con su vida, después de casi perderla aquella noche fatídica, era divertido y se coló en el palacio haciéndose pasar por eunuco, trayendo consigo que una vez más tuviera que preocuparse por mantener su cabeza en su sitio gracias a las constantes luchas de poder que se vivía entre los castrados, finalmente consiguió gracias a Kyungsoo estar bajo el ala de un noble del palacio haciéndose intocable, cosa que se fue por la borda cuando luhán lo descubrió y lo obligó a servir de alcahuete, y ahora su príncipe pensaba lo peor al haber malinterpretado todo, suspiró exasperado sintiéndose idiota por ser incapáz de dar un paso sin caer en un agujero, entonces se dijo que lo mejor sería comportarse digno y aplicado para que el príncipe no lo alejara, iba a estar un paso por delante de sus necesidades, aprendería hasta la hora en que visitaba el excusado si era necesario, mediría sus acciones y sus palabras y se compartaría como se esperaba de un guardián porque, aunque se empeñara en alejar de su mente las ideas negativas, el miedo de ser entregado a los oficiales estaba ahí, pulsando en su mente en forma de un afilado y curvo cuchillo que rebanaba sin piedad sus partes nobles.

Atravesó las puertas que daban paso a la sala común y caminó en dirección al pabellón donde a lo lejos esperaban los príncipes, Baekhyun frunció ligeramente el ceño al observar un grupo de criadas preparando una muy surtida mesa con todo tipo de alimentos, al parecer alguien se le había adelantado pero por suerte había previsto que los platillos fueran suficientes para todos, ya que sabía que Chanyeol no estaría solo.

Cómo de costumbre el príncipe heredero estaba ubicado junto a Chanyeol platicando algo que al parecer sólo era del interés de ellos, Baek a veces se preguntaba qué tipo de relación tenían realmente esos dos, porque el espíritu de competitividad era existente, lo había vivido en carne propia y por supuesto no había sido agradable, detrás de Yifan se encontraba el siempre sereno Zitao en una pose relajada, solo apoyando su espalda en uno de los pilares que sostenían el techo del pabellón, mientras acariciaba su espada con una de sus manos distraídamente, el príncipe Yixing se encontraba ubicado en una de las finas sillas justo frente a Yifan, y a Baekhyun le llamó la atención que sus ojos lo buscaran continua y prácticamente sin discimulo mientras daba pequeños sorbos al contenido de su copa, y Junmyeon quien por alguna razón que solo él entendía, se encontraba caminando sobre sus pasos tomando de vez en cuando algún trozo de la fruta que la servidumbre disponía para ellos en la mesa, Sehun estaba más  alejado del grupo, de hecho parecía más interesado en el cielo que en lo que pasaba a su alrededor y Baekhyun lo agradeció porque, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos no le apetecía mantener contacto visual o verbal alguno con él, básicamente por temor a la reacción de su príncipe ya que aún quedaba aquella conversación pendiente.

El eunucoDär berättelser lever. Upptäck nu