Estúpida Sangre Sucia ♡ | Dramione

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Draco Malfoy

Mis padres estaban muy emocionados. 

El Señor Tenebroso me había elegido para ser su espía de primer curso en Hogwarts.

La noticia de que Harry Potter "el niño que sobrevivió" cursaría primero también había sido portada de "El Profeta" y otros periódicos y revistas importantes en el mundo de la magia.

Y yo tenía que estar preparado.

Semanas antes de empezar el curso, mis padres me habían llevado a entrenar junto con los otros jóvenes que también se infiltrarían en Hogwarts.

Un grupo de mortífagos nos habían estado enseñando algunos conjuros, maldiciones leves y preparándonos para conseguir realizar las maldiciones imperdonables.

Imperius, Cruciato y Avada Kedavra.

El único que podía realizar alguna de las tres era Marcus Flint, que ya sabía realizar perfectamente la maldición Imperius.

El resto, habíamos aprendido muchos conjuros interesantes como Locomotor Wibbly o Hechizo piernas de gelatina que hacía que las piernas de tu enemigo dejaran de funcionar.

Ya era el día de tomar el expreso a Hogwarts, pero nuestro entrenamiento seguiría allí.

Severus Snape, mortífago infiltrado en el profesorado del colegio, iba a llevar nuestro entrenamiento durante el curso para que cuando fuera el momento, estuviéramos preparados.

Metí todas las cosas en mi baúl. 

Un mortífago amigo de mi familia me había comprado en el callejón Diagon todo lo necesario para el curso.

Llegamos a la estación muy rápido, gracias a nuestro chófer.

Mi padres, Narcissa y Lucius Malfoy, y el elfo doméstico de la familia, Dobby, me acompañaban.

- Draco, hijo - dijo mi padre susurrando - Recuerda lo que debes hacer. En cuanto llegues a Hogwarts verás a Severus, el te ayudará y te enseñará, a ti y a los otros jóvenes mortífagos. Te escribiré todos los días con nuestro código secreto. Debes complacer al Señor Tenebroso, recuerda - yo asentí.

- Sí, papá - dije - No os defraudaré.

Después de despedirme de mi madre también, subí al expreso junto con Steve, James y Marcus.

Marcus, que ya tenía amigos allí, se fue rápidamente. 

A Steve y a James les invitaron a sentarse en sus compartimentos, dejándome solo.

Empecé a andar por los pasillos del tren hasta que llegué a uno en el que había una chica castaña claro, con grandes incisivos, leyendo un libro.

Levantó la mirada al verme.

- Hola - dije yo sonrojándome un poco por su mirada curiosa.

De repente, su bonito rostro cambió a una mueca de asco.

- Por curiosidad, ¿no serás un Malfoy? - dijo ella, manteniendo la cara de repugnancia.

- Sí, lo es - dijo una voz detrás mía.

Era un chico de pecas y pelo marrón, con un sapo en las manos.

- ¡Neville! - exclamó la chica al verle entrar.

Se abrazaron por unos segundos que resultaron muy incómodos para mí.

Carraspeé y al fin se separaron y volvieron su atención a mí.

- Así que eres un Malfoy... - dijo la linda chica.

- Si - dije sonriendo lo más que pude - ¿Y tú eres?

- Soy Hermione Granger y no me hablo con Malfoys - me espetó.

Esa chica era linda pero odiosa.

- ¿Granger? - dije ignorando su ofensa a mi familia - No me suena esa familia de magos...

- Es que no lo soy - dijo ella mirándome con asco mal disimulado.

- ¿Eres una sangre sucia? - pregunté ahora yo haciendo una mueca de asco.

- Sí, lo es y no tiene nada de malo - dijo el chico.

- ¿Y tú eres? - dije mirándole mal.

- Neville Longbottom - dijo él, tímidamente.

- ¿Longbottom? - comencé a reír - ¿Qué se siente que tus padres murieran por no tener el mínimo nivel de magia?

Neville no pudo evitar apenarse y avergonzarse por mis palabras.

- ¡Neville no tiene nada de lo que avergonzarse! Mejor ser un Longbottom que un Malfoy. Por lo menos los Longbottom no fueron mortífagos, como tu padre.

- Y ¿tú que sabrás de el mundo de la magia, hija de muggles? - la espeté.

- Más que tú desde luego, si no sabes que los Longbottom murieron por defender la paz en el mundo mágico en la época oscura - dijo la chica, que ya me caía mal.

- ¡Cállate estúpida sangre sucia! - grité antes de salir de ese compartimento, cerrando la puerta con fuerza a mi salida.