Capitulo IX

321 20 0
                                    

HOLA!!! ¿Cómo están? Lamento no haber comentado antes :( Pero aquí estoy con este nuevo capitulo :D

Espero que les guste. 

Los olores y sonidos me llegan de golpe cuando entro en la conciencia.

El aroma de hierbas hirviendo me marea un poco y escucho unas voces alrededor mío. Sé que estoy en la cabaña de la anciana Kaede, pero no distingo las voces que escucho.

Aún no abro los ojos por lo que no sé quién ha tomado mi mano. Aspiro el aire que está alrededor mío y de la persona que ha tomado mi mano, solo percibo el mío y el de un hombre.

Un demonio… parecido al olor de Inuyasha…

Lentamente abro los ojos cuando siento algo frío en mi frente. Supongo que es un paño húmedo que me han puesto. Mi vista es borrosa pero poco a poco recobro la claridad.

Mis ojos se fijan en unos de un intenso rojo, mi cabeza da vueltas por lo que vuelvo a cerrarlos quedándome otra vez dormida, pero con la imagen de unos ojos rojos.

…………………………………………………………

Cuando vuelvo a despertar, pero no del todo ya que mis ojos se niegan a abrirse, la cabaña está en silencio total. Ni una mosca revolotea en el aire.

Recuerdo mi primer día como medio demonio.

En realidad fue un día divertido aunque estúpido.

Yo estaba sentada a la orilla de un rio, viendo mi reflejo. Inuyasha me había advertido de los cambios antes de marcarme para que no me asustara o quisiera golpearlo. Lo acepté. Y en ese momento ahí estaba, en el reflejo, una joven con orejitas de perro en la cabeza, con garras en las manos, colmillos más grandes de lo normal y ojos dorados.

Lo que más me gustó al principio fueron mis ojos.

Luego vino el lado malo.

Según Inuyasha yo me veía perfecta. Yo no discutía hasta que empecé a sentir como mis sentidos estaban más agudos.

Todo comenzó con la vista. Cuando abrí los ojos esa mañana noté que veía más claro, no es que no lo viera así antes, pero ahora era mucho más claro.

Me levanté y me mareé por el rápido movimiento y porque mi vista era muy distinta a lo normal.

Después fue el turno del olfato. Ya entendía cuando Inuyasha se quejaba de los olores de las hierbas medicinales y de las comidas picantes y todo lo relacionado con olores fuertes. Lo primero que hice fue aspirar el olor de Inuyasha, su exquisito aroma a bosque y tierra mojada.

Por último, mis sentidos auditivos también se vieron afectados. Podía escuchar todo lo que Sango le decía a Miroku en la aldea. ¡Y yo estaba en el Goshimboku! No es que estuviera cerca, pero tampoco estaba al lado de la aldea.

Así que tuve que aprender a controlarme en todos mis movimientos. Cuando abrazaba a Shippo el pobre se quejaba que lo apretaba demasiado cuando lo hacía, yo lo abrazaba con la misma fuerza que antes. Pero para mí. Al pobre casi le quito todo el aire con un abrazo de oso.

Mis ojos por fin se abren. Mi mirada se fija en el techo de la cabaña, es de noche y no tienen la fogata encendida pero veo bastante bien. Mirando a mí alrededor descubro que estoy sola en la cabaña.

Escucho murmullos provenientes de afuera, pero me duele la cabeza tanto como para concentrarme en ellos y escuchar, así que solo me limito a mirar al techo.

Vuelvo a cerrar los ojos sin dormirme, esperaré a que alguien entre a la cabaña y así poder saber qué es lo que me pasó.

No sé si han pasado días o semanas desde que perdí la conciencia en el bosque. Solo recuerdo que unos fuertes brazos me agarraron cuando me desvanecí y luego nada más.

Los ojos rojos…

Recuerdo que Ryusei tomó mi mano en un momento en el que desperté.

¿Él fue quién me trajo?

Lo más seguro es eso. Sonrío. Me siento en el futon.

Sango entra intentando no hacer ruido, a lo que falla miserablemente, y me mira desde la fogata donde ha dejado una olla que huele bien.

Dios… estoy hambrienta.

Sango: ¿Cómo estás?

Kagome: Bien… con hambre.- digo avergonzada al escuchar mi estómago rugir.

Sango toma un cuenco y sirve un poco de comida en él.  Me lo entrega y comienzo a comer desesperadamente. Sango se levanta y se sienta junto a mí mirándome fijamente.

Sango: Kagome, ¿cómo te sientes?

Kagome: Bien…-digo insegura, hay una pregunta no formulada en sus ojos.

Sango: ¿Recuerdas algo… de lo que pasó…?

Kagome: No.-digo sin titubear. Es verdad, no recuerdo nada. Ella me mira sorprendida pero yo sigo comiendo. Cuando termino dejo el cuenco al lado y me acomodo.

Sango: ¿E-enserio?

Kagome: Vamos, Sango. Si te digo que no recuerdo es porque no lo hago, por favor. – Digo ya con poca paciencia.- Dime.

Sango: Bueno…- comienza de nuevo a titubear. Joder, a este paso no llegaremos a ningún lado.- Tu parte demoniaca…-oh eso ya es interesante…-  Te dominó y…

Kagome: ¿Y? ¿Qué pasó, Sango?

Sango: Intentaste matar a una mujer y a un niño.

Joder… esto ni en mis más locos sueños, lo hubiese pensado.

Recuerdo a Inuyasha convertido en demonio, fueron solo dos en la que tuve oportunidad. No sé si mi apariencia era como la de él, tampoco como me comporté, pero con la mirada de Sango es más que suficiente para saberlo.

Me levanto, ella lo hace conmigo y me toma la mano.

Sango: Quiero que sepas que cuentas conmigo para todo, Kagome. Después de todo es algo que sabíamos que pasaría…

Kagome: ¿Qué? ¿Cómo que sabían?

Gracias por leer!!!! Y si les gustó...

¡¡¡COMENTEN!!! 

Promesa: Nueva vida.Where stories live. Discover now