Sus labios chocaron con los míos, sus manos dejaron las mías para posarse en mi cintura, mis manos se perdieron en su cabello. El beso era lento, podía sentir como me entregaba su amor en ese beso y yo me estaba entregando a él, estaba dispuesta a todo con él –gracias, preciosa –rozó nuestros labios –acabas de colocar una sonrisa en mi rostro y nada ni nadie la quitará de ahí nunca –jalé de él hacia mí, quiero besarlo y sentirme querida de nuevo.

Nuestros labios se movían cada vez más rápido, él tira de mí para que me siente en sus regazos, lo hago y envuelvo mis brazos en su cuello.

-¡vidrios empañados! –chilla una chica fuera del auto y caigo de golpe en la realidad

–Consíganse un cuarto –chilla otra 

Mierda…

Me había olvidado por completo donde estaba. Yo no soy de las chicas que se besan apasionadamente en el estacionamiento de un centro comercial y mucho menos empaño vidrios.

El calor se apodera de mi rostro y estoy segura que soy un maldito tomate. Escondo mi rostro y me aferró a su camisa –voy a morir de vergüenza –digo contra su piel y no estoy segura de si él me entendió.

-Este ha sido el mejor beso que me han dado. Definitivamente mi abuela tenía razón, los besos de dos personas enamoradas son los mejores –levanta mi rostro con uno de sus dedos y presiona sus labios en mi mejilla –te quiero, mi osita –una risa se escapó de mi boca al escuchar mi nuevo apodo.

“osita” debe de ser porque eres peluda y gruñona.

-osita es perfecto para ti, porque eres adorable, tu piel es tan suave como un oso de peluche y sobre todo porque me dan ganas de abrazarte –besé sus labios –si quieres puedo decirte nena.

-me gusta nena –sonreí –nene –ronroneo y trató de hacer un sonido sexy pero creo que sale más como un gruñido de un perro a punto de morder a alguien.

-creo que deberíamos de salir del auto o nos sacaran a patadas de aquí por andar demostrando nuestro amor –salimos al mismo tiempo del auto y el corrió a mi lado para entrelazar nuestras manos –de ahora en adelante mi lugar favorito será al lado tuyo –beso mi mejilla y me jaló suavemente para que caminará.

-ahora dime ¿Dónde quieres ir, ángel?

Un apodo más de esos y voy a morir lentamente de la dulzura.

-donde tú quieras, yo solo quiero estar contigo. 

***

Mi cita con Dylan fue más que perfecta, nunca pensé que él podía ser tan cariñoso y detallista. Pero el me demostró que es el novio perfecto, un ramo de rosas rojas y un enorme oso de peluche fueron mis regalos al terminar la cita -¿Por qué eres tan lindo? –me puse de puntillas y besé sus labios.

-te lo dije, haré lo que sea para hacerte feliz –abrió la puerta del auto como todo un caballero e hizo una reverencia.

Entró en el auto y besó mi mejilla para después sacar el auto del centro comercial e irnos directo a mi casa.

***

DYLAN

Parqueó frente a la casa de Minna y me acomodó en mi asiento para quedar más cerca de ella, el olor a fresas característico de mi preciosa me hizo sentir bien, era como mi nueva droga –la pasé muy bien –se giró en su asiento y se acercó a mí.

-yo también –pasé mis dedos por todo su rostro, mejillas, cejas, nariz y por ultimo sus suaves labios –pasó por ti mañana –declaré antes de besarla.

STAYWhere stories live. Discover now