4

2.5K 295 25
                                    

Más tarde, aquella misma noche, Jennie estaba por fin en su cuarto, envuelta en sus joyas que ya no le parecían tan increíbles como antes. Su mente solo estaba en el momento de su casi caída y como los ojos de su salvadora la había hecho replantearse el quitarse del medio. No solamente no podía olvidarla, solo la recordaba como el mejor momento de su vida.

Pero claro, todo su mundo quedó de nuevo estallado por culpa de Kai que venía a pedir disculpa por su comportamiento en medio de su relajante momento con su cajita de música. Esta solo lo miraba a través de su espejo:

-Sé que estás nostálgica y no pretendo saber porque- no impresionaba a Jennie - Quería guardar esto- se acercó un poco a esta y cerrando la cajita se acercó cerca de ella - hasta el día de la gala de  nuestro compromiso, la semana próxima- observó entonces Jennie que traía una gran caja entre sus manos - Sin embargo, he pensado que esta noche- abrió la caja y enseño el maravilloso colgante del mundo adornado con el mayor pedrusco azul jamás visto.

-Santo cielo- aquello si impresionó a Jennie que lo observaba impresionada.

-Quiero que sea un recuerdo de mis sentimientos por ti…- continuó.

-Es un…

-Diamante- afirmó Kai -Sí, de 56 quilates para ser exactos.- Se puso de pie y cogiéndolo, lo puso en el fino cuello de Jennie adornándolo con aquella maravillosa piedra, era impresionante - El…

-Corazón del mar- respondieron ambos al unísono.

-Es abrumador- acertó a decir Jennie por fin.

-Es para la realeza, Jennie- contestó Kai cosa que hizo de nuevo recordar a Jennie la clase de persona que era Kai - y somos la realeza- lo que había dicho. - No hay nada que pueda darte, ni pueda negarte-Kim Jong In, humillándose por ser el mayor príncipe, que sorpresa, ¿no? - Si no te alejas de mi- Jennie lo miró y solo lo miraba - Ábreme tu corazón, Jennie.

Esta se miró al espejo y observó el pedrusco que seguía adornando su cuello. Lo toco. Solo aceptarlo supondría negar las cosas por las que luchaba. El ser independiente, fuerte, no una chica del montón. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? No tenía ni idea.

A la mañana siguiente, Jennie fue a buscar a Lisa. En toda la noche no pudo dormir, quería saber más de su salvadora, más de esa persona que lo iba a arrojar todo por la borda por salvar a una desconocida; así que eso hizo. Por primera vez, cruzó la escotilla que diferenciaba primera de tercera clase y fue en su busca.

Lisa pasaba el tiempo enseñando a una niña como pintar mientras que Jisoo y Rosé se "ponían al día":

-Vamos, ¿ni si quiera un poco?-  le intentaba sacar a Rosé si le gustaba o no.

-Ya te dije que nunca me lo sacaras- se acercó a ella y respondió - ¿Por qué no probamos antes algo y ya después…?

-La señorita Rosé es muy picante, ¿no es así?

-Puede…- se fueron a besar cuando ambas dirigieron su mirada a Jennie.

No es que todos los días alguien de primera clase bajara a ver a gente de tercera ni nada por el estilo. Jennie empezó a buscarla por todos lados, ignorando las miradas llenas de curiosidad.

-Rosé- Jisoo le llamó la atención a lo que esta la miró rápidamente.

A lo que se puso en pie reuniéndose con ella.

-Hola, señorita Manoban.

-Hola otra vez- por primera vez en su vida, estaba nerviosa.

Titanic (Jenlisa) Where stories live. Discover now