Epílogo

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Un silencio total envolvía aquel apartamento y un pelirrojo de ahora 26 años se dedicaba con gran esmero a limpiar los cuadros que decoraban la habitación que compartía con su ahora esposo.

Por cada uno de ellos una sonrisa nostalgica se dibujaba sobre su rostro por todos los recuerdos que inundaban su mente, no se arrepentía de las decisiones que tomó pues cada una de ellas lo llevaron al lado del hombre del que se enamoró.

La puerta principal se abrió rompiéndose el ambiente lleno de calma, un par de pasos llenaban los pasillos y resonaban contra el suelo de madera provocando un fuerte eco en todo el lugar seguido de una voz dulce y melodiosa tan familiar.

- mamá, mamá mira lo que papá me compro- una niña de cabello color ébano de cinco años de edad entró a la habitación a toda prisa mostrando la linda muñeca rubia

- es hermosa hija, ¿le diste las gracias a tu papi? - se inclinó para quedar a su altura acariciando con cariño sus niveas mejillas - vamos, hay que ir con papá y con tu hermanito

Nakahara Chuuya a sus prontos 21 años se casó con el extranjero que robo su corazón poco después de concluir la Universidad y tras embarazarse de su primogénita, poco tiempo después fue bendecido con un segundo hijo, tenía la familia que siempre soño.

Annya era la mayor, una niña que se parecía por completo a su padre a excepción de sus brillantes orbes celestes que heredó de su madre y su pequeño Lyubov el menor, un pelirrojo con ojos violetas, lo contrario a su hermana pero aun así ambos niños eran la combinación perfecta de ambos padres.

-Chuuya, para ti mi ángel - le entrego un ramo de rosas blancas, las flores que sabía le encantaban a su amado

- Fedya me encantan son hermosas- se elevó con ayuda de las puntas de sus pies depositando un dulce beso sobre sus labios - gracias mi amor - camino al comedor para dejarlas en un florero que acomodo sobre la mesa del comedor

- ¿ya has terminado tu trabajo Chuuya? - bajo al pequeño pelirrojo de la carreola colocándolo en su andadera y pudiese jugar con su hermana

- no, pero adelante otro poco solo que me desespere y decidí limpiar un poco - se sentó en el sofá donde permanecia su laptop, en esta el nuevo libro en el que trabajaba y que debía entregar en un poco más de una semana según le había ordenado su editor.

- bien, prepárare la cena, tu relájate, ve con los niños y cuando terminemos puedes continuar con el escrito - depósito un dulce beso sobre sus labios por segunda vez que fue correspondió de inmediato por el de menor altura

- te amo - lo abrazo con fuerza dejando caer su peso sobre sus brazos para que le cargara - eres el mejor

La noche pronto cayó en la ciudad, una vez la cena estuvo lista se sentaron como familia a degustar los alimentos, cada día era así, buscaban pasar el mayor tiempo con sus hijos, buscaban conversar sobre todo lo que les molestara y encontrar de inmediato una solucion aunque en ocasiones era difícil.

Eran la familia perfecta.

Quienes les conocían en Yokohama podían confirmarlo.

Incluso Dazai.

Tras el nacimiento de Annya volvieron a reencontrarse, él se había convertido en un famoso detective de la ciudad junto otro hombre llamado Oda Sakunosuke, siendo ahí y solo ahí que arreglaron su pasado, perdonaron viejas heridas y continuaron con sus vidas, el rencor debía olvidarse, lo que ocurrió en el pasado debía quedarse ahí.

- Llevaré a acostar a los niños Chuuya -

La voz del ruso lo trajo de regreso a la realidad mientras terminaba de lavar los platos sucios

- si Fedya voy ustedes - cerro la llave, seco sus manos y lo siguió tomando su mano

- hasta mañana mami, descansa papi- la azabache se recosto cubriendose con las mantas y abrazando su muñeca

- descansa mi princesa - se inclinó depositando un dulce beso sobre su frente - sueña lindo

Dostoievski imitó su acción pasando al cuarto de su hijo, este ya había caído profundamente dormido.

- ¿vienes a la cama o seguirás con tu trabajo? - poso ambas manos en su cadera acercándose a su cuello y depositar múltiples besos sobre su blanca piel

- si logras convencerme podemos ir a la cama y hacer algo divertido - una pequeña risilla escapo de su boca dando un salto para rodear con ambas piernas su cadera

- entonces vamos a la cama -

Los besos aumentaron de intensidad, las caricias se volvieron más desesperadas y la ropa cayó prenda por prenda al suelo entregándose en cuerpo y alma una vez más.

Sin duda tenía la vida perfecta, la promesa hecha en su vida anterior se cumplió y sin importar cuantas vidas pasen ese amor permanecerá latente.




FIN

Volverte A Encontrar ~Fyoya~Where stories live. Discover now